
Los días 7, 8 y 9 de mayo tendrá lugar en Burdeos la cuarta edición de la Bienal Agora de Arquitectura, Urbanismo y Diseño. El lugar el Hangar 13, con exposiciones en los barrios de Bassins y Flot.
Ya es la cuarta edición de esta muestra de arte contemporáneo y urbanismo que ha hecho de Burdeos uno de los polos de desarrollo arquitectónico de Francia. Partiendo de esa premisa, de vincular el urbanismo, el diseño y la arquitectura con los ciudadanos y con sus necesidades, la Muestra Agora 2010 analiza y presenta las últimas medidas y proyectos.
El gran interés que despierta en Francia todo lo relacionado con el ahorro energético la mejora de las condiciones de vida urbana y la calidad de vida en general hace que cada vez más los constructores y los políticos se preocupen por estos temas. Los proyectos de renovación urbana, al menos sobre el papel, tienen en cuenta las necesidades de este nuevo siglo, las variables de ahorro energético, de habitabilidad, de respeto por el medio ambiente y de disfrute y calidad de vida de los usuarios. La Bienal Agora es precursora en todas estas temáticas.
En esta ocasión gracias a debates, exposiciones y películas se mostrarán los proyectos para Burdeos y su zona metropolitana y también para París. De hecho el comisario de la exposición es el arquitecto y urbanista Djamel Klouche, el más joven de los 10 elegidos para el proyecto de renovación de la capital de Francia, el proyecto “Le Grand Paris”.
La idea de la muestra en todas sus ediciones y especialmente en ésta, es abrirse y convertirse en eje del atlántico francés, incluyendo al País Vasco en España. En esta edición de 2010 se ha elegido destacar la dimensión metropolitana. La visión de Djamel Klouche y del equipo de la exposición es mostrar todo ello, tanto en el Hangar 14 como en las otras exposiciones repartidas por toda la ciudad.
Concurso Agora 2010
El Concurso Agora promociona los proyectos que busquen pensar la metrópoli del futuro desde parámetros más humanos, conjugando desarrollo económico y calidad de vida con ecología y sostenibilidad. El cambio climático y los problemas que de él se derivan deben ser considerados a la escala de las metrópolis, pensando sobre todo en como solventarlos o mejor, como evitar tener que soportarlos. ¿cómo pensar la metrópoli con millones de habitantes? El futuro París y Kyoto se presentan no como ejemplos directores sino más bien como casos particulares que muestran la diversidad de acercamientos, de problemáticas y de soluciones.
Kyoto metrópoli millonaria
Con el referente del caso de Kyoto, Burdeos y su metrópoli que ya se acercan al millón de habitantes, se piensa en todas sus facetas.
El transporte con los trenes de alta velocidad, el TGV que une en menos dos horas, la desembocadura del Garona con París, lo que modifica la forma de vivir y de trabajar. Las distancias se reducen y nacen barrios periféricos habitados por personas que trabajan en los Campos Elíseos o en Montparnasse.

Al mismo tiempo, la excesiva centralidad de París y la perdida de interés de otras ciudades y regiones, puede provocar efectos perversos como el exceso de población en unas zonas y la escasez en otras. O la paradoja cada vez más real que hace que la población de bajos recursos, de menos educación y peores trabajos, quede aislada en las ciudades mientras las clases medias y educadas escapan al campo gracias a los vertiginosos medios de comunicación como el tren, antes citado.
Esa problemática exige mejorar la situación en el centro de las ciudades, – y en las ciudades dormitorio – abandonados, urbanística y económicamente. Romper las barreras de clase social, que el urbanismo tiende a crear, es uno de los principales problemas de Francia. La creación de guetos que hasta ahora se ha evitado en el hexágono podría hacer imposible la meritocracia, el ascenso social, y provocar xenofobia, violencia y delincuencia. El desafío es grande pero de no encontrase una solución, las consecuencias pueden ser nefastas. Por ello la labor de políticos, de los urbanistas y la de los ciudadanos es capital.
En la muestra se habla de otras ciudades que por su tamaño, historia urbana, etc, pueden servir de modelo o antimodelo. Los casos de Copenhague, Dublín, Bilbao y Belgrado en Europa se contrastarán con los de Bamako o Casablanca, gracias a maquetas, videos, planos e instalaciones.
Crear una cultura del habitante urbano.
Uno de los problemas a los que se enfrenta todo proyecto urbano es la invisibilidad del habitante de las ciudades. En una metrópoli la participación de éste es complicada, como lo es la diversidad de intereses, necesidades, prioridades etc. Quebrar esa barrera que separa al urbanista, al político, del ciudadano de a pié, puede ser clave para que se logre un consenso y para evitar que el arquitecto sea visto como un elemento totalmente exógeno, que sólo piensa en un mundo teórico, totalmente alejado de la realidad del usuario del metro, del supermercado de barrio o de los servicios públicos.
Éste es si cabe el elemento primordial y central de AGORA 2010. Si poco a poco, gracias a este tipo de propuestas, la simbiosis entre creador y usuario, se va consiguiendo, las ciudades del siglo XXI tendrán, sin duda, una cara mucho más humana.