París no es una ciudad de centros comerciales, algo que si bien existe en Francia no es valorado como chic, cosa que ocurre en ciertos países latinoamericanos. Para los parisinos, incluso los grandes almacenes del tipo Galerías Lafayette, Printemps o BHV, son vistos como desprovistos de charme, encanto. Lo más selecto son las tiendas de la Avenue Montaigne, o algunas de los Campos Elíseos. Por ello lo más cercano a un centro comercial es ir al Bon Marché o las citadas Galerías Lafayette. Fuera de París si existen los centros comerciales, y como en España, son lugares interclases donde la gente se divierte, consume, va al cine, toma una cerveza y come en un restaurante de comida rápida. Carecen, como hemos dicho del encanto de clase media alta del que gozan en Brasil, Argentina o Colombia.
El único centro comercial propiamente dicho que se encuentra intramuros es el complejo de Les Halles, construido de manera semisubterránea en el antiguo emplazamiento del mercado de abastos ce la ciudad y en substitución de las famosas naves metálicas de Baltard. Controvertido y nunca aceptado – a diferencia de la Torre Eiffel o la Pirámide del Louvre -, este complejo es frecuentado sobre todo por jóvenes.
