El Carnaval de Dunkerque, uno de los más conocidos y de los más animados de Francia junto al Carnaval de Niza, ha comenzado y reunirá a miles de personas a lo largo de un mes y medio: entre el 12 de enero y el 17 de febrero. Si asisten al famoso carnaval del Paso de Calais, no esperen un carnaval como el de Niza o Venecia, ya que no hay desfile de bellas carrozas, ni batalla de flores, ni elegantes y elaborados disfraces y máscaras.
El carnaval de Dunkerque es un carnaval popular, podría decirse que «auténtico», ya que en él participan todos los habitantes de la ciudad, vestidos con disfraces sencillos, pero originales, y lo importante es la «banda», el desfile, el hecho de bailar y saltar juntos, al ritmo de las charangas. Para después unirse aún más en los «chahuts», esos momentos de frenesí en los que la gente se deja llevar por la música in crecendo, mientras las primeras líneas, cogidos del brazo se encargan de parar a la muchedumbre que salta y empuja.
Como todos los años, en el carnaval de Dunkerque 2013, miles de personas vestidos con disfraces coloridos, muchos de ellos con sus paraguas abiertos en alto, desfilan por las calles de la ciudad al son de la música que dirige el Tambor mayor, haciendo paradas en el recorrido en las famosas «capillas», que son lugares míticos en los que desconocidos ofrecen cerveza fresca y la tradicional sopa de cebolla, conquistados por los divertidos grupos.
Protagonistas del carnaval de Dunkerque
En los desfiles podrán ver los famosos gigantes: el «reuze» y su «reuzinne», su mujer, llamada Mietje con sus hijos Pietje, Boutje y Miesje, vestidos de romanos y en la parte delantera de la comitiva. Dirigiendo a los músicos, estará el Tambor mayor y compañía, uno de los personajes más importantes del carnaval de Dunkerque, ya que tiene la función de guiar y controlar a la muchedumbre y de dirigir a los músicos con su bastón. Pero los grandes protagonistas es la gente, con sus disfraces coloridos, los hombres travestidos, y por supuesto, los «intrigueurs» y los «figuemen» que se disfrazan y disimulan su voz de tal manera, que nadie los reconoce. Además, los «figuemen» molestan a la gente con sus cañas de pescar con un arenque o un zapato con queso «oloroso». Carnaval en estado puro.
Lanzamiento de arenques, Rigodon y Cantale a Jean Beart
Otro de los momentos más interesantes del desfile es el lanzamiento de arenques y lubinas que hace el alcalde desde el ayuntamiento, tras haber sido exhortado por el gentío a gritos de «Delabarre, des homards». 450 kilos de arenques caen encima de la gente, que espera la codiciada lubina de plástico que constituye todo un trofeo, y que muchos cambian en el ayuntamiento por un vale por ¡una lubina auténtica!
Pero la excitación aumenta a medida que se acerca el final de la «banda» (el desfile), ya que llega el llamado «rigodon», el momento más intenso del carnaval, en el que la gente se une en un «chahut» initerrumpido de una hora, saltando y bailando, en éxtasis total. Después, llega el canto a Jean Bart, uno de los héroes de la ciudad. Cuando termina el recorrido, la gente continúa la fiesta con los «bals» en el palacio de congresos (Kursaal) de Dunkerque, bailando toda la noche al son de las orquestas.
Si quieren vivir el carnaval auténtico, no lo duden y vengan al carnaval de Dunkerque, además, será una ocasión para visitar una de las ciudades más bellas de Francia.
Más información en nuestra sección especial sobre el Carnaval de Dunkerque.
Para blog-francia, María Calvo Santos.