París es una gran metrópoli con centenares y centenares de bares y restaurantes por lo que comer no plantea ningún problema. Sin embargo, a veces el exceso de oferta puede cegarnos, e impedir discernir entre el trigo y la paja. Algunos turistas se llevan una mala imagen de París porque pagan un precio excesivo sin necesidad o porque intentan repetir las costumbres y los hábitos que tienen en sus países de origen.
Intentaremos en esta página, orientarles y hacer que su estancia gastronómica en París sea lo más agradable posible.
Para comenzar diremos que, por el momento, comer en París no es caro. Al menos no es más caro que en Madrid, Barcelona o Roma y mucho más barato que Londres. Existen numerosos restaurantes que ofrecen menús entre 10 y 15 euros. La diferencia con España, por ejemplo, es que los menús son más frugales y menos copiosos que en la península. Sin embargo, la calidad de la comida y el servicio son buenos.
Podemos elegir entre un menú con platos típicos de Francia pero también otros provenientes de todas las partes del mundo. En el centro y, finalmente en toda la ciudad, abundan los restaurantes chinos, japoneses, árabes, griegos, hindúes, españoles, etc…, cuyos menús generalmente son aceptables tanto en calidad como en precio.
Existen también franquicias de las grandes cadenas de comida rápida, otras que ofrecen carne, restaurantes especializados en el marisco, vegetarianos, etc…
Y por supuesto si lo que busca es cocina de altura, la nouvelle cuisine française estará a su disposición tanto en calidad como en exceso de precio.
La variedad es grandísima por lo que únicamente deberá prestar un poco de atención a la carta para no llevarse malas sorpresas.
En Francia la bebida si que suele hacer aumentar considerablemente el precio de la comida, por lo que vigile el precio del vino o la cerveza y si lo prefiere pida agua en jarra, ésta es gratuita y a nadie le sorprende que la pida. Si se fija, verá que a su alrededor la mayoría de los franceses beben agua, o a lo sumo una copita de vino.
Otra pista importante, París, Francia y Europa en general no son los lugares más adecuados para hacer rondas de cervezas, de cafés o refrescos. Un café en una terraza de un bar del centro puede ser muy caro, sobre todo si nos obstinamos en pedirlo con leche (au lait), lo que en Francia significa un inmenso y claro café de desayuno. Confórmense con un cortado, un café expresso con un poquito de leche (noissette) y prepárense para pagar en cualquier caso 2€ o 2,5€. La alternativa es no tomar café y pasear más, o ir a un supermercado, (los hay en el centro) y comprar a precios normales alguna bebida.
En el mismo centro en las calles que suben hacia el Panteón, a partir de las 4 de la tarde la happy hour hace que los pubs del barrio ofrezcan pintas de medio litro por unos 3 o 4€, cuando una caña, cerveza normal (Demi bière), en un bar nos costará lo mismo o más.
Lo que deben hacer es tener cuidado y preguntar o miren los precios antes de cometer un error. Piensen que no existe esa tradición de tomar algo en cada bar, adáptense y sean más flexibles. Finalmente se darán cuenta que París no es una ciudad extremadamente cara. Y sobre todo relájense, están en de vacaciones.