La ciudad de Orange, situada al norte del departamento de Vaucluse cuenta con una peculiar historia. Hoy, como su vecina Aviñón, es una tranquila ciudad, si cabe, más provinciana y tranquila que la capital del departamento, pero por ella han pasado galos, bárbaros, romanos, provenzales, borgoñones, holandeses, papas, el gran Luis XIV, la Revolución, etc…
Es una ciudad con una peculiar historia motivada por las costumbres medievales que hacían de las gentes y los territorios propiedades de los monarcas y la nobleza. Una ciudad que ya desde su fundación por los romanos había sido un lugar de reunión, de intercambio comercial y cultural. Hoy centra su vida en el turismo y la economía que genera el ejercito. Una base aérea cercana y un cuartel de la legión dan un personal ambiente a esta ciudad de poco más de 30.00 habitantes.
Un poco de historia.
El principal aliciente de Orange son sus vestigios romanos. El lugar ya fue marco de una batalla donde un ejercito de címbrios y teutones aniquiló a otro romano en torno al 145 a.C. Casi dos siglos más tarde los veteranos de la segunda legión gálica fundarán la colonia de Arausio en el 30 d.C. A partir de ahí su crecimiento será rápido. Situada en una zona fuertemente romanizada, como Nimes o Arles, pronto sería considerada como parte integrante de pleno derecho del mundo romano y sus habitantes reconocidos como ciudadanos. El comercio se desarrollará y grandes monumentos públicos denotarán la importancia de todas estas ciudades. En Orange será el teatro la obra de mayor importancia (este apartado se desarrolla en el la página de patrimonio cultural).
Tras la decadencia del Imperio Romano, la Edad Media influirá grandemente en la ciudad. El territorio conformará un Principado dependiente del Sacro Imperio Romano al pertenecer a Borgoña. Diversas familias lo controlan hasta que por herencia recae en la Casa de Nassau en 1544. Guillermo I, el nuevo príncipe se convierte en esa fecha en Stathouder de los Países Bajos.
Periodo Holandés
Durante las guerras de religión el sur de la actual Francia fue centro de duras luchas entre protestantes, muy extendidos en la región, y católicos. Los conflictos de este enclave holandés en plena Provenza se extenderán por el siglo XVI, XVI. Finalmente en 1702 con la muerte de Guillermo III de Nassau el principado retorna a los nobles franceses de la Casa de Conti. Luis XIV anexiona la ciudad a su reino y el Tratado de Utrech lo reconoce en 1713, es el fin del periodo holandés.
Climatología
Situada en plena Provenza, los datos de la agencia de estadística francesa afirman que es la ciudad de Francia con las temperaturas medias más altas, por ello en verano el buen tiempo, a veces abrasador, está garantizado. Los inviernos son suaves, pero al encontrarse en mitad del valle del Ródano la ciudad como toda la región rodaniana es afectada, y mucho, por un feroz viento frío, el Mistral. Los datos estadísticos cuentan que uno de cada tres días sopla este helador viento, así que cuidado.
Festival de Música Clásica y Opera de Orange (Les Chorégies d’Orange)
Evento de calidad y categoría internacional. Reúne en el mes de julio y agosto a grandes producciones operísticas y orquestas de calidad mundial. Las representaciones y conciertos tienen lugar en el marco incomparable del teatro Romano de la ciudad. Visite nuestra página sobre el Festival des Chorégies d’Orange.
La Ruta de la Lavanda
No obstante, Orange es el lugar ideal para iniciar la visita de la Ruta de la Lavanda, un recorrido de uno o dos días por la zona situada al norte de la ciudad y que desde Orange hasta Forcalquier constituye la región de cultivo de los campos de lavanda, la planta provenzal por excelencia.
Esta ruta recorre los prealpes aún con gran influencia provenzal, donde encontramos viñedos, frutales y campos morados de lavanda. Rodeando el Mont Ventoux desde la llanura del Ródano en Bollene, pasaremos por bellos pueblecitos (Valreas, Sisteron, Vaison-la-Romaine) hasta llegar a Forcalquier.