Museos en París: Centro Pompidou

En esta foto se puede observar bien como todos las estructuras sustentantes, de acceso y las tuberias has sido"sacadas", y se situan por encima de la fachada. De está manera el edificio gana un espacio útil increíble, pero para eso hay que entrar, la perspectiva es totalmente diferente.
En esta foto se puede observar bien como todos las estructuras sustentantes, de acceso y las tuberias has sido»sacadas», y se situan por encima de la fachada. De está manera el edificio gana un espacio útil increíble, pero para eso hay que entrar, la perspectiva es totalmente diferente.

Como en el caso de la Torre Eiffel, el Centro Pompidou, museo de Arte Contemporáneo de París, ha sido polémico ya antes de sus construcción. De igual manera según los años van pasando la polémica se va transformando en respeto y admiración, hasta convertirse, como la famosa torre metálica en un elemento de prestigio y de reconocimiento de París y de Francia.

Desde la llegada de la V República, los presidentes han intentado dejar una huella cultural, un legado arquitectónico para la posteridad. Así George Pompidou, amante confeso del arte contemporáneo, -lo que le llevo a modificar el mobiliario rococó del Eliseo-, promoverá la construcción de un museo de arte contemporáneo en pleno centro de París. Ello conllevará la destrucción del antiguo mercado de abastos, Les Halles, cuyos pabellones metálicos habían sido construidos entre 1852 y 1936, según el proyecto de Victor Baltard.

El centro Pompidou será un edificio rompedor y moderno, complejo y simple a la vez y por lo tanto polémico. Será el primer edificio símbolo de los presidentes de la República. Si bien el centro Pompidou hoy en día ha sido aceptado y es una muestra del vanguardismo parisino, la destrucción de los pabellones Baltard, de un estilo similar al Grand Palais, hoy se lamenta amargamente. El centro comercial subterráneo terminado por Giscard d’Estain hoy está aviejado marca la decadencia de un barrio, Les Halles, donde se cruzan menudeo de drogas, tiendas de souvenirs y un centro comercial que atrae a la juventud del extrarradio de París, siendo la única alternativa de ocio para muchos.

François Mitterrand, continuando la senda de los presidentes, construirá la BNF (Biblioteca Nacional de Francia), el arco de la Defense y propulsará la reforma del Louvre con la Pirámide que hoy es uno de sus símbolos. Chirac fundará el Museo de Arte no Europeo de Quai de Branly. No sabemos si Sarkozy, tan postmoderno, pragmático y liberal, continuará esas senda, aunque esperamos que no lo haga, dado su pésimo gusto.

De todas formas, este tipo de grandes edificios siempre han estado vinculados a la polémica y la discusión pública. El acuerdo unánime y el respeto han llegado años después, por lo que es conveniente esperar un poco antes de dar una opinión definitiva.

El Edificio

George Pompidou, fue el primer presidente que se tomó muy en serio el arte y la arquitectura, integrándolos en su programa electoral. Coleccionista reputado de arte moderno, quiso dejar un legado indeleble en el urbanismo de París. Sus decisiones, como las de los otros presidentes, son controvertidas, pero el legado está ahí.

En 1970 un concurso internacional tiene lugar para escoger el proyecto para el barrio de Beaubourg. Finalmente es el proyecto del italiano Renzo Piano y del británico Richard Rodgers el escogido. Las obras empiezan en 1972 y se alargan hasta 1977, más de tres años después de la muerte de Pompidou, provocada por un raro tipo de leucemia.

La modernidad del edificio se debe a que los arquitectos “vaciaron” en interior de todos los elementos que dan servicio a una construcción. Para empezar los accesos: los ascensores y escaleras son exteriores por lo que están adosados al muro que da a la plaza, principal entrada del Centro Pompidou.

Toda la red de tuberías es extrior lo que facilita que los espacios interiores sean diáfanos y el espacio útil inmenso. Una bicoca para artistas y comisarios de exposiciones.
Toda la red de tuberías es extrior lo que facilita que los espacios interiores sean diáfanos y el espacio útil inmenso. Una bicoca para artistas y comisarios de exposiciones.

En segundo lugar, los tubos de aireación, de agua, los que contienen los cable eléctricos y telefónicos, todo se sitúa en el exterior del edifico. Se ha comentado que lo que se ve en la parte externa del Museo Pompidou es lo que normalmente se sitúa en el interior, oculto, tapado por la fachada. Imaginemos una chaqueta, imaginemos que le damos la vuelta como si se tratase de una prenda reversible, sin serlo. Al hacerlo veríamos el forro, las costuras, la forma de los bolsillos, veríamos el remache de los botones y la cremallera al revés. Es un buen símil para describir el Centro Pompidou.

El tercer elemento es la sustentación. El edifico está recubierto por una osamenta metálica que al situarse “fuera” de la construcción permite que los espacios interiores sean amplios y muy poco perturbados por pilares y columnas. De esta manera se logra un efecto inverso a la impresión exterior. Dentro todo es liso, plano, diáfano y luminoso, ideal para un museo, más si consideramos que se trata de un museo de arte contemporáneo. Las obras destacan en la quietud de las salas amplias. A diferencia del Louvre, donde el propio edificio es una obra de arte, el interior del Pompidou no condiciona a las obras expuestas, lo que alguna que otra vez no estaría de menos para darle interés a exposiciones poco comprensibles.

Los colores son muy vivos y destacan en un barrio típicamente hausmaniano del XIX. Al principio la mezcla no parecía posible, pero hoy las esculturas contemporáneas de los estaques y la plaza que rodean el Centro Pompidou se han asociado, sino con armonía, al menos con respeto. Las inmensas tuberías rojas y verdes, azules y amarillas dan una nota de color muy útil en el gris invierno parisino. Los colores están relacionados con la función de cada tubería, así las verdes son las del agua, las rojas las de ascensores y bombas antiincendio, las azules las del aire acondicionado y la ventilación, y las amarillas son las de los cables eléctricos y telefónicos.

Destaca también el ascensor que se escalona adosado al edificio. Si desde fuera su aspecto no es nada interesante, desde el interior produce una impresión mucho más positiva. Al autor le recuerda la estética de la película La Naranja Mecánica de Stanley Kubrick, rodada de hecho en la época en la que se construyó el edificio.

Las vistas son magníficas desde el ascensor, que en realidad es una escalera mecánica, ya que la plaza libera un espacio que nos permite tener una vista mucho más despejada. Además como la altura del Pompidou es superior a la de los edificios de París, el Museo de Beaubourg es una buena atalaya para ver los tejados de París.

El hall que se crea en la planta baja es inmenso y da acceso a todas las partes del edificio, entre ellas la inmensa biblioteca especializada en arte, visitada todos los años por miles de investigadores e historiadores del arte.

En 2010 fue inaugurada otra sede del Centro Pompidou en Lorena, en la ciudad de Metz. Dicha apertura forma parte de una política de descentralización de los grandes museos de París. Sin embargo, la medidad va más en la dirección de exponer buena parte de los ingentes fondos que se acumulam en los depositos. Evidentemente las obras maestras no van a salir de París.

Desde su apertura en 1977 se calcula que más de 150 millones de personas han visitado el Museo Pompidou.

Las colecciones

El museo existía con anterioridad por lo que buena parte de la colección se encontraba antiguamente en el Museo de Luxemburgo, el MNAM o el Palais de Tokyo. Entre esos fondos primitivos encontramos obras de los maestros de las vanguardias (Picasso, Braque, Matisse, Chagall, Brancusi, etc.)

La colección hoy en día cuenta con más de 53.000 obras lo que la hace una de las más importantes del mundo. No sólo se tratan de pinturas, también hay numerosas piezas de diseño, mobiliario, fotografía, cine y arte procedente de culturas antiguas del África, Asía, Oceanía y America. La colección de estatuillas y objetos de todo el mundo es muy completa. Piezas de México, las islas Marquesas, la Columbia británica, la Isla de Pascua

En el cuarto piso del edificio se encuentra el arte contemporáneo de 1960 hasta nuestros días (Penone, Boltanski ou Rondinone). En el quinto el arte contemporáneo de la primera mitad de siglo de 1905 a 1960. Aquí en la quinta planta también están presentes los artistas más importantes e influyentes del siglo pasado (Picasso, Giacometti, Pollock, Dalí, Duchamp…). Existen salas temáticas dedicadas al fauvismo, de Stijl, la pintura monocroma el diseño, los mundos virtuales, etc…

A pesar de una superficie de exposición de 14.000 m2, sólo una mínima parte de los fondos es expuesta. El museo tiene la política de alternancia, por lo que si visitamos el museo un año después encontraremos nuevas obras desconocidas. Con la apertura de la sede del Museo Pompidou en Metz, parte de esos fondos son expuestos en la ciudad de Lorena.

En un edificio anexo se encuentra el taller del escultor rumano Brancusi.

Dirección
Centre Pompidou
75191 Paris cedex 04
Teléfono : +33 (0)1 44 78 12 33
Teléfono minusvalidos : +33 (0)1 44 78 16 73

Metro Rambuteau, Hôtel de Ville, Châtelet
RER Châtelet – Les Halles
Autobús líneas 21, 29, 38, 47, 58, 69, 70, 72, 74, 75, 76, 81, 85, 96

Horarios
De 11:00 a 21:00
Venta de billetes hasta las 20:00.
Cerrado todos los martes y el 1 de mayo.

Tarifas
Tarifa normal: 9/12 € (depende de la época del año y de las exposiciones temporales)
Tarifa reducida: 8/10 € (Jovenes de la Unión Europea hasta 25 años € si incluye también exposiciones temporales)

Jóvenes de 18-25 años que no pertenecen ni residen en la Unión Europea
Para todos a partir de las 16:15, menos los jueves
Para todos los jueves a partir de las 18:00 (tarifa nocturna)

Gratuita:

Niños y jóvenes hasta los18 años
Jóvenes de 18 a 25 años que pertenecen a la Unión Europea
Visitantes minusválidos con un acompañantes
Parados
Para todos el primer domingo de mes