Metz

Vista de la ciudad de Metz, de la catedral y de los puentes sobre los ríos Moselle y Seille.

Rica en edificios y monumentos declarados patrimonio nacional, Metz atrae todos los años a numerosos turistas que vienen a descubrir el patrimonio excepcional de la capital de Lorena. Situada en un nudo de comunicaciones por carretera y por tren, Metz es el punto de partida ideal para efectuar una visita de la región.

Esta ciudad, por ser una de las principales ciudades peatonales de Francia, ofrece al visitante magníficos circuitos turísticos que pueden hacerse tanto de día como de noche.
De día, tendrá la ocasión de visitar numerosos monumentos, como la imponente estación influenciada por la arquitectura alemana. O admirar la catedral gótica con sur hermosas vidrieras realizadas por grandes artistas, o los museos reunidos en un solo lugar, lo que le permitirá descubrir 20 siglos de la historia de Metz y de su región.

De noche, la ciudad tiene una belleza especial gracias a las luces que iluminan las calles y los monumentos. Esta puesta en escena nos hace conocer la ciudad de otra manera. Así, podrá pasear de la puerta de los Alemanes a Moyen Pont, pasando por la plaza de Saint-Louis.

Historia

3000 años de historia han hecho de Metz una ciudad con un patrimonio excepcional, preservado de forma remarcable dentro de un marco de verdor, donde confluyen los ríos Moselle y Seille.

Ocupada desde finales de la Edad de Bronce (1000 años A.C.), el emplazamiento de Metz se convierte en opidum galo, capital de Médiomatriques. Cuando Julio César conquista la Galia, se desarrolla una importante ciudad galo-romana, Divodorum Mediomatricorum. Unas termas y un acueducto marcan el paisaje, mientras que un anfiteatro de 25000 plazas, hoy sepultado no lejos del Centro Pompidou-Metz, testimonia la importancia de la ciudad.

En el siglo VI, Metz pasa a ser capital del reino merovingio y disfrutará de una gran notoriedad en el mundo de la Cristiandad durante el Renacimiento Carolingio. Con el conjunto de la Lotharingie, futura Lorena, Metz entra en el siglo X en el Santo Imperio romano germánico.

Convertida en República, Metz vive su periodo más rico hasta el siglo XV. En 1552, la ciudad de cultura romana acepta ponerse bajo protección francesa. Su anexión al Reino de Francia se consagra en 1648 por el Tratado de Westfalia. Metz se convierte en la capital de provincia de los Tres Obispados.

En 1871, se produce la anexión de Alsacia y Lorena al Imperio alemán, pero Metz vuelve a ser francesa en 1918, volviendo a producirse una segunda anexión a Alemania de 1940 a 1944.

Abierta a Europa y a las tecnologías modernas, Metz conjuga su pasión por el arte contemporáneo con su apego a los valores trasmitidos por su pasado. Próxima a tres fronteras (Alemania, Luxemburgo y Bélgica), Metz brilla en una cuenca de 430 mil habitantes.

La ciudad desarrolla su vocación de comunicación e intercambios inscribiéndose en la red urbana trasfronteriza QuattroPole (Luxemburgo, Metz, Sarrebruck y Trèves), Lela + (Luxemburgo, Esch-sur-Alzette, Longwy, Arlon, Thionville y Metz) y regional de la cuenca de Lorena (Epinal, Metz, Nancy y Thionville).