La ciudad de Lille es una de las cinco más grandes de Francia, con 1.100.000 habitantes en la zona metropolitana, aunque Lille ciudad no llega a las 300.000 personas. Capital de toda la región industrial del norte de Francia, antiguo centro metalúrgico y carbonífero, Lille es una ciudad que ha evolucionado mucho. Su evolución se podría comparar con la de Bilbao, en España, una ciudad que intenta superar la reconversión industrial transfórmandose en ciudad de servicios, de industria de punta y de cultura.
La ciudad ha recuperado parte de sus colores una vez que la industria a cesado de contaminar los aires, Lille y la Región Nord Pas de Calais ha perdido su pátina negra y el gris se ha vuelto luz. Luz en los edificios que han ganado visibilidad, luz en las navidades, época de fiesta y de celebraciones callejeras en Lille.
La arquitectura recuerda a otras ciudades del norte de Francia como Arras y a las belgas del otro lado de la frontera: Bruselas, Amberes, Brujas…
La Grand Place de Lille recuerda en grande la Gran Place de Bruselas. Todo el centro es una maravilla para la vista, con callejuelas y siempre edificios bellos y recién restaurados a la vista. El campanario de la Gran Plaza es una muestra de los típicos torreones famosos en toda la región. La película Bienvenido al Norte, éxito en Francia y el mundo entero muestra en clave de comedia las pequeñas diferencias entre los parisinos y las gentes del norte, los ch’tis.
La fortaleza de Vauvan.
Tras la conquista en el siglo XVII Lille se convierte en francesa tras siglos de dominación borgoñona y española. La Ciudadela defensiva de Vauvan es muestra de los cambios y sobre todo es un excelente lugar para una visita cultural. Las fortalezas de Vauvan pertenecen al patrimonio Universal de la Humanidad de la UNESCO.
Lille se encuentra en una zona pacífica desde el final de la II Guerra Mundial pero antes había visto muchas guerras y destrucción. Muy cerca de Lille se encuentran los campos de batalla de la I Guerra Mundial y sus silenciosos cementerios donde reposan juntos soldados de todas las naciones que se hicieron la guerra sin merced. Una visita a esos campos debería ser obligatoria para evitar que hecatombes como esas vuelvan a producirse.
La gastronomía y las cervezas, tan suculentas como en la vecina Bélgica, son otra ventaja, otro elemento de interés de Lille. No dejen de probarlas en mitad del ambiente de la zona vieja.
Lille a menos de una hora de Paris y junto a la frontera belga permite conocer el norte de Francia, zona llena de historia y por qué no hacer una visita a nuestros vecinos belgas.