La Región se sitúa entre el País del Loira, Aquitania, Limousin y el Centro, regiones más conocidas. Su situación entre la región del Burdeos y la de los Palacios/Castillos del Loira, la hace destacar menos que sus vecinas, pero como cualquier región de Francia no faltas nos motivos para visitarla. De mostarselo nos encargaremos en esta página.
En Poitou-Charentes viven 1.800.000 personas en los 25 .000 km2 que ocupan los cuatro departamentos: Charente; Charente-Maritime; Deux-Sevres y Vienne.
La principal ciudad y la más conocida es Poitiers. Junto a La Rochelle, Angulema, Niort y Cognac, forman un conjunto de ciudades medianas, provincianas en el mejor sentido de la palabra, donde la vida discurre con calma y se vive tal vez mejor que en París, Nantes o Burdeos.
El patrimonio histórico, monumental y cultural es muy grande gracias a un pasado rico aunque convulso. Lo que hoy es la región de Poitou-Charentes estuvo durante siglos inmerso en el conflicto dinámico que enfrentó a los Plantagênet normandos, reyes de Inglaterra con los Valois, también francos, casa gobernante en Francia. Zona de conflictos durante toda la baja edad media y también más tarde en el inicio de la edad moderna con las terribles guerras de religión que destruyeron Francia en el XVI y XVII. Tras la Revolución, la región, como toda la fachada oeste del país ganó en calma y tranquilidad a la par que perdía influencia económica y estratégica.
Hoy la región destaca por sus turismo verde y cultura e intenta destacar frente a sus vecinas bordelesa y del Loira, que le suelen quitar protagonismo. Con todo las excelentes comunicaciones por carretera y Tren de Alta Velocidad (TGV) y su situación a medio camino entre Burdeos, Bretaña y París hacen posible, y necesario, conocer Poitou-Charentes.
La región es llana y numerosos cursos de agua la recorren. La agricultura ocupa buena parte del relieve, el resto es dominado por landas, húmedas y bosques, que hacen de la región un buen destino para aquellos que busquen naturaleza. El clima es suave, tanto en invierno como en verano, con lluvias repartidas por todo el año y al mismo tiempo con muchas horas de sol, sobre todo en el litoral, lo que a la naturaleza une la playa y el mar como atractivo.
El puerto de La Rochelle combina el interés histórico con el marino y la calma de sus playas. Frente al litoral de Poitou-Charentes se encuentran dos de sus principales reclamos, las islas de Oleron, Aix y Ré. El mar con el peso de la pesca, el pasado histórico, marinero, pirata y corsario sigue siendo con las islas y La Rochelle, las zonas más turísticas de Poitou-Charentes, sin olvidarnos de Futuroscope, claro esta.
Las tres islas del departamento de Charente-Maritime atraen todos los veranos a miles de turistas que quieren gozar de la suculenta gastronomía dominada por los mariscos. Pero en invierno, aunque con una climatología a veces más ruda, las ilas de Oleron, Aix y Ré siguen manteniendo ese algo particular y característico de toda isla. Ese aislamiento cercano, ese aroma a sal y a libertad, pues, ¿acaso no son estas islas los primero barcos fijo que miran hacia las Americas?
Patrimonio.
Zona de paso entre el norte y el sur de rancia y parte de unos de los caminos franceses que se dirigían hacia Santiago de Compostela, Poitou cuenta con numerosos edificios románicos.
Junto a los edificios religiosos destaca la arquitectura civil con palacios, fortalezas y castillos, siendo muy interesante la arquitectura defensiva de los puertos del Atlántico.
Futuroscope.
El parque de atracciones de Futuroscope, inaugurado en 1987, es conocidos en toda Europa. Situado a las afueras de Poitiers fue uno de los primeros parques modernos donde se daba énfasis a la ciencia y a la tecnología. Hoy cuenta con cinco cines IMAX, además de las atracciones más clásicas. Millones de personas han disfrutado en Futuroscope desde su apertura y hoy sigue siendo uno de los lugares más conocidos de Francia.
Gastronomía.
Además del coñac bien conocido, en Poitou-Charentes se producen buenos vinos tintos, blancos y rosados en todas sus variedades, desde el clásico tinto que no envidia al burdeos abasta los blancos muy afrutados.
Las ostras de la isla de Oleron son reputadas por ser de las mejores de la costa atlántica.
Al marisco se unen la mantequilla, los quesos, el cordero y ciertas frutas como el melón, todas reconocidas con las correspondientes denominaciones de origen.
Como ve muchos atractivos para una región no tan conocida pero igual de interesantes para visitar. Acérquese a Poitou-Charentes y disfrute del Atlántico.
