Museo de Orsay: Sección Pintura

Desayuno sobre la hierba, de Manet (1863). Según Zola, Manet consiguió realizar un desnudo en un paisaje, el sueño de todo pintor.

Historia de las colecciones

Las colecciones del Museo de Orsay proceden de tres establecimientos: el Museo del Louvre (obras de artistas nacidos a partir de 1820 o llegados al mundo el arte con la Segunda República; el Museo de Jeu de Paume, consagrado desde 1947 al impresionismo; y el Museo Nacional de Arte Moderno, que cuando se instaló en 1976 en el Centro Georges Pompidou sólo ha conservado las obras de artistas nacidos después de 1870.

Los origenes: el Museo del Luxemburgo

Los orígenes de las colecciones de pintura del Museo de Orsay se remontan al Museo del Luxemburgo fundado en 1818 por Luis XVIII para acoger las obras de los artistas vivos. Diez años después de la muerte del artista, gran parte de sus obras sean transferidas al Louvre. Las colecciones del Museo del Luxemburgo se componen de compras al Salón, por lo que reflejan el gusto oficial de la época: pintura de historia, retratos y paisajes clásicos.

Hasta los años 80 del siglo XIX el Museo del Luxemburgo permanece con un espíritu cerrado a las nuevas investigaciones. Así, pintores como Courbet y Mollet no verán expuestas sus obras en vida. Y habrá que esperar mucho tiempo para que el arte contemporáneo tenga cabida en las colecciones nacionales francesas.

La vanguardia en el Museo del Luxemburgo : del realismo al impresionismo

Los museos franceses se abren a los pintores más innovadores gracias a la generosidad privada, como la hermana de Courbet, que dona al Louvre “Un entierro en Ornans”. Otras donaciones son : “La Primavera”, “Las cosechadoras” o “El Angelus” de Millet.

Pero a partir de la segunda mitad del siglo XIX, la influencia de los críticos y de los marchantes de arte crece en el mundo del arte. El sistema tradicional de Salones y del mecenazgo ya no está adaptado a la expansión del mercado, y la notoriedad de los artistas depende cada vez más de las opiniones de los críticos y de las elecciones de los marchantes.

El Angelus de Millet.

Este cambio favorece el desarrollo de las nuevas escuelas y su reconocimiento. Así, en 1890, un grupo animado por Monet consigue que “La Olympia” de Manet entre en el Luxemburgo, a pesar de que el artista ya se había muerto.

Sin embargo, la evolución de las mentalidades es lenta, como lo testimonia el episodio del legado de Caillebotte, pintor, amigo y mecenas de los impresionistas que lega su colección al Estado. Es recibido con poco entusiasmo por la administración de Bellas Artes, y habrá discusiones de años para decidir si las obras se exponen o no. Finalmente, entrarán algunas obras, que suponen un paso adelante para la presencia de los impresionistas en el Museo de Luxemburgo, a pesar de la protesta oficial.

Es esa época, el Estado comienza a adquirir obras de artistas más modernos, como “El Pobre pescador” de Puvis de Chavannes en 1887, “Un taller en Batignolles” de Fantin-Latour, “Las Chicas al piano” de Renoir en 1892 y “La familia del pintor de Carrière” en 1896. En los siguientes años, los fondos de los impresionistas se enriquecen gracias de nuevo a las donaciones de los herederos de los artistas o a grandes coleccionistas. Destacan “El desayuno sobre la hierba” de Manet, las cuatro Catedrales de Monet.

Por otra parte, a finales del siglo XIX, el Museo del Luxemburgo se abre a las escuelas extranjeras, con obras como “La noche de verano” de Winslow Homer o “La madre” de Whistler. De esta forma, la sección extranjera pasa a ser lo bastante importante como para constituir un museo independiente en el Jeu de Paume en 1922. En 1929, toda la sección del impresionismo es transferida al Museo del Louvre.

El Museo de Arte moderno y el Museo del Jeu de Paume

En 1937, el Museo del Luxemburgo es reemplazado por el Museo de Arte moderno, situado en el nuevo Palacio de Tokio, construido para la Exposición internacional. Su programa comienza con el neoimpresionismo (sin Seurat), la escuela de Pont-Aven (sin Gaugin) y los Nabis.

Monet y sus versiones de la catedral de Rouen.

Con la reorganización del Louvre, las colecciones de los impresionistas se trasladan de nuevo en 1947, esta vez al Jeu de Paume. Encontramos obras de artistas como Seurat, Toulouse-Lautrec o Rousseau. En este periodo de posguerra, las colecciones se enriquecen gracias a una política activa de adquisiciones. El aumento de los medios financieros, la ayuda de los Amigos del Museo del Louvre y la generosidad privada permitirán adquisiciones impensables como cuadros de Seurat, Cézanne o Redon.

El éxito creciente entre el público de los impresionistas hace que el Jeu de Paume se quede pequeño por lo que se elige la Estación de Orsay para instalar un museo consagrado al arte de la segunda mitad del siglo XIX y principios del siglo XX. El proyecto resolvía al mismo tiempo el problema planteado por la instalación del Museo de Arte moderno en el Centro Georges Pompidou: era necesario encontrar un lugar para las obras que no tenían cabida en el programa del nuevo museo, como la Escuela de Pont-Avern, el neoimpresionismo y Nabis.

El Museo de Orsay reagrupa entonces las colecciones dispersas del Jeu de Paume, las que dejó el Museo de Arte moderno al Palacio de Tokio y que fueron presentadas de 1977 y 1986 prefigurando el Museo de Orsay y, finalmente, las obras del Louvre de la segunda mitad del siglo XIX. Así reunidas, estas colecciones daban cuenta de la complejidad de una época extraordinariamente fecunda.

El Museo de Orsay

A partir de 1978, se puso en obra una política de adquisición; así, cuadros que habían estado dispersos por toda Francia con el cierre del Museo de Luxemburgo. Se refuerza la pintura realista de los años 1848-1850, el final del romanticismo, el eclecticismo del Segundo Imperio y el arte oficial de la Tercera República.
La generosidad de los descendientes de artistas y de grandes coleccionistas es grande y lo testimonian las series de cuadros neoimpresionistas o de la escuela de Pont-Aven.

Las pinturas se ordenan según un recorrido cronológico. Los impresionistas se encuentran en la quinta planta del Pabellón Amont: destaca “Desayuno sobre la hierba” de Manet y los demás impresionistas: Degas, Monet, Rendir, Pizarro, Sisley y Caillebotte.

Los post-impresionistas están en el nivel medio Lille: Van Gogh, Seurat, Gaugin, la Escuela de Pont-Aven, Rousseau, Cross,… Las grandes Escuelas extranjeras de artes decorativas de principios del siglo XX se encuentran en las plantas de más abajo.

El segundo piso está unido por una pasarela metálica con las galerías de la gran nave en donde están los grandes decorados Nabis. Por fin, la planta baja se consagra a los grandes cuadros de Courbet.

Para más información, pinche sobre el Nuevo Museo de Orsay.

El público puede visitar las bellas obras de Vincent van Gogh en una de las salas del museo. Aquí el famoso cuadro «Noche estrellada».

Entre las obras que entran al museo por dación se encuentra casi un centenar de cuadros y de pasteles. El Retrato de Marcel Proust de Blanche (1989). De Bonnard, las cuatro Mujeres en el jardín (1984) y La tarde burguesa (1988). Cézanne cuenta con, varios Bañistas y La Tentación de San Antonio (1982), El Abogado y un Retrato de Madame Cézanne (1991), El Cristo en el Limbo (2005). Courbet con Mujer desnuda con perro (1979), El origen del mundo (1995). Dos pasteles de Bailarinas de Degas (1979 y 1997). De Denis, El minué de la Princesse Maleine (1999), Paisaje con árboles verdes (2001): Edouart Manet, En la plaza de toros (1976), La evasión de Rochefort (1984); Lujo, calma y voluptuosidad de Matisse (1985). El gran Monet con La calle Montorgueil (1982), El desayuno sobre la hierba (1987), Efecto de viento (2002). Un conjunto de quince obras de Redon (1988). Renoir, Danza en la ciudad (1978), Julie Manet (1999). Vuillard, Mujer de perfil (1990), Interior (2001)…

Otra forma de adquisición fueron las compras; tal es el caso de obras extranjeras como: Rosales bajo los árboles de Klimt (1980), La Rueda de la Fortuna de Burne-Jones (1980), Noche de verano en Aagaardstrand de Munch (1986), Salida para la pesca de Mondrian (1987), Reposo de Hammershoi (1996), Vista de Capolago de Giovanni Giacometti (1997) o Paisaje de nieve de Amiet (1999).

Pero también obras de los principales autores franceses: El chico con el gato de Renoir (1992); Retrato del artista con el Cristo amarillo de Gauguin (1994); Berthe Morisot con ramo de violetas de Manet (1998); La Galatea de Gustave Moreau (1997); Retrato de Paul Ranson con traje de nabi de Sérusier (2004)…

Todos los años se adquieren obras gracias a las donaciones, legados o compras  que pasan a integrar definitivamente las colecciones nacionales.

Entradas para el Museo de Orsay.