La salud es uno de los elementos complementarios del turismo que más se están desarrollando en los últimos años. Tanto que a veces superan en importancia al propio destino turístico. La crisis internacional que afecta, sobre todo, a los destinos tradicionales del turismo mundial ha obligado a muchos países y regiones a añadir valor a la oferta turística. El turismo de sol y playa ya no basta para atraer a un público cada vez más preocupado por otras cuestiones. Otro elemento es que la reducción del coste del transporte ha provocado que la oferta potencial de lugares turísticos sea inmensa.
Francia lo sabe bien ya que el turismo de sol y playa sólo constituye una parte no negligenciable, pero tampoco capital de su oferta turística. No descubrimos nada diciendo que la base del turismo francés es la cultura, – una idealización de una cierta cultura -, alta cultura que incluye a toda la ciudad de París con sus museos y monumentos, sus galerías de arte, boutiques de moda y grandes parques y avenidas. La base de su turismo ha sido la misma idea de Francia, con París, otra vez como, centro preeminente, culminado por la Torre Eiffel. Pero también, el Festival de Cannes, el idioma, los pintores y escritores, sean franceses o no.
Uno de los nuevos ámbitos, un nuevo nicho que se ha desarrollado, por supuesto, mucho antes que en España y América Latina es el turismo relacionado con la salud y el bienestar. En las siguientes líneas les habaremos un poco de ello y les recomendaremos los mejores lugares para disfrutar con calma y huir del estrés que nos invade tan habitualmente.
La Salud y el Turismo en Francia
Los baños termales y los Spa
Gracias al éxito de los centros de talasoterapia la palabra spa se ha convertido algo intrínseco a está sociedad nuestra tan vertiginosa y tan preocupada por el bienestar físico. Deseando que olviden el vértigo y que hagan suya está practica tan antigua como placentera les hablaremos de cómo y dónde disfrutar de las bondades del agua.
Ya los griegos conocían las utilidades de las diferentes aguas para combatir dolencias y enfermedades. En el siglo XIX Francia conoció una verdadera fiebre por las aguas termales. Los lugares donde surgían las aguas minerales comenzaron a ser muy concurridos y de está forma muchas nuevas ciudades y pueblos surgieron prácticamente de la nada.
Ciudades como Vichy, Aix-les-Bains, Evian, Enghien, etc, se bautizaron con el apelativo les-bains, para crear un concepto nuevo: el turismo. El auge de la medicina y del cientifismo desarrollaron todas las prácticas que bajo un tinte médico, tendían a la mejora física y moral de las personas. Las estaciones termales, los balnearios conocen su época gloriosa. Las clases pudientes serán fieles defensores de los balnearios, pero también políticos y artistas como Alphonse Daudet, Marcel Proust, George Sand o Guy de Maupassant. A ellos se unen los enfermos con posibles que acuden de toda Europa buscando salud, pero también relaciones y diversión y con ellos los campesinos que siempre han bebido de estás fuentes en los Pirineos, el Macizo Central o los Alpes. El éxito de está práctica en Francia, el éxito posterior, es decir el actual se debe a que sus actores fueros diversos, no sólo esa clase poderosa que más tarde cambiará los balnearios por las playas más paradisíacas y alejadas, Polinesia, La Reunión, las Bahamas, las Seychelles.
Si la llegada de las 40 horas semanales y las vacaciones pagadas y su popularización después de la II GM provocaron la decadencia de turismo elitista de balneario, la crisis actual del turismo de sol y playa han devuelto importancia al agua como elemento de salud y ocio. La revalorización de las aguas minerales, del termalismo, de un turismo diferente que mezcle cuidados corporales, respeto del medio ambiente, naturaleza y baños es hoy un hecho. Francia está más avanzada y preparada en este campo que España. Prueba de ello es la gran cantidad de estaciones termales, por no hablar de los spas.
Productos Bio, agricultura ecológica
El culto al cuerpo, el hedonismo ya sea positivo o superficial, hoy en día se ha desplazado huyendo del sol y de la masificación. Por ejemplo el cuidado del cuerpo, aunque sigue siendo externo y visual, -lo que los otros ven de nosotros-, también tiene que ver con el interior. No en vano el desarrollo de la alimentación BIO es mucho mayor en Francia y , sobre todo, es mucho más democrático y menos elitista que en otros países. Esta popularidad esta relacionada con cariño y respeto por el mundo rural y la agricultura (que desarrollaremos en otro apartado), y también con el amor por la Naturaleza.
Camping
No sólo la montaña compite con la playa en ser el destino de los franceses, también el interior. Todo el país está poblado de instalaciones turísticas. La montaña y el interior son visitadas por millones de franceses y europeos que ocupan los campings que se extienden desde Bretaña hasta Córcega, desde Aquitania hasta Alsacia.
Asistencia sanitaria en Francia
La asistencia médica en Francia es de gran calidad, y la Seguridad Social cubre gran parte de la misma, por lo que es recomendable viajar a Francia con un seguro médico, sea la Tarjeta Sanitaria europea para los viajeros pertenecientes a los países miembros de la Unión Europea, o el seguro médico correspondiente para el resto de los países.
En Francia, tanto la población como los viajeros, pueden ir a un Centro médico cuando estén enfermos, o a un médico particular que trabaja para la Seguridad Social. En ambos casos, la Seguridad Social cubre el 70% de la asistencia. El resto debe ser pagado por el paciente. Normalmente, cuando usted va al médico, debe pagar unos 20 euros, que se quedan en 6 euros una vez que solicite a la CPAM el reembolso, para lo cual no debe olvidar pedirle al médico una hoja firmada con el tratamiento recibido (feuille de soins).
Para más información visite la página de la Guía de información práctica.
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Disfruten calmamente y descansen.
