Una nueva edición del torneo parisino comenzará el 21 de mayo en las pistas de Bois de Boulogne. Este año además de las tradicional rivalidad entre Rafael Nadal, Roger Federer y Novak Djokovik, y de la incertidumbre sobre la ganadora del cuadro femenino, Roland Garros se enfrenta a un debate urbanístico.
Ya desde hace años, el torneo parisino es el único del Grand Slam de Tenis cuyas instalaciones no dan abasto a la demanda de entradas y servicios asociados. Roland Garros es el Torneo más tradicional y menos “marketinizado”. Esto no se debe a un rechazo mayor del liberalismo o del negocio en Francia, sino a una limitación espacial en la capital francesa y a un rechazo por parte de la alcaldía y los ciudadanos de la disminución de los espacios verdes de la capital.
El alcalde, el socialista Bertrand Delanöe, personaje público respetado y apreciado, no desea que el Bois de Boulogne pierda espacio a favor de un ámbito privado. Además, la ampliación obligaría a destruir o desplazar los invernaderos de Auteuil (Serres d’Auteuil), monumento histórico y por tanto inviolable. El hecho de que la legislación francesa sea especialmente rígida en cuanto a los monumentos ha impedido la construcción generalizada de torres en el centro de París. Por ello, en parte, se observa el mantenimiento de una arquitectura ordenada y bella que atrae todos los años a millones de turistas.
Frente a esa posición, la Federación Francesa de Tenis, los inversores y sponsors desean ampliar el numero de pistas, el aforo de las mismas, así como poder cubrirlas para optimizar la retrasmisión de los partidos. Ese ideal de torneo moderno, formatado y previsible, como en Flushing Meadows o Australia.
El proyecto original, ahora desechado utilizaba terrenos del Bois de Boulogne y planteaba. Entre las alternativas que se dan se habla de cubrir una parte de la autopista que rodea París, utilizando esos terrenos para la ampliación, pero parece que son insuficientes. Finalmente, la única que permitiría una ampliación consecuente con las demandas y los deseos de los inversores es abandonar París y construir otro complejo tenístico a las afueras de París, en Le Bourget o Marne la Vallée, cerca de Euro Disney. Esa es la única alternativa si se desea una ampliación mayor. Recordemos que esa fue la solución para el nuevo y moderno estadio de Saint Denis, el Stade de France, situado en a cinco Km. al norte de la capital.
Roland Garros es el único torneo que se celebra en el centro de la ciudad que le presta su nombre. Ante el dilema del crecimiento, tal vez deje pronto de serlo, aunque estamos seguros de que no perderá su nombre.
Mientras se decide qué hacer, la tierra batida parisina volverá a ser el paraíso de Federer, Nadal y Djokovik, los tres candidatos principales y casi absolutos para conseguir la victoria. Nadal que sale de una larga lesión intentará conseguir su octavo título, aunque este año Djokovik parece el gran favorito.
En el cuadro femenino la rusa Sharapova aspira a revalidar el título, pero la competición parece mucho más abierta.
El 8 y el 9 de junio sabremos los vencedores en la pista central, la Court-Philippe-Chatrier.
Alojamiento en París.
Mayo es uno de los mejores meses para visitar París, pero también uno de los más concurridos, en parte, por el Torneo de Rolland Garros. Recuerde que es recomendable relaizar su reserva con antelación. Una de las posibilidades es alojarse son los hoteles que ofrece Destinia.com.
Bon voyage.
