Marsella es una de esas ciudades donde la gente se atrinchera en las terrazas, bajo toldos que la protejan del sol. Marsella es un lugar para caminar, pero sobre todo para ver pasar el tiempo sentado en una fresca sombra y degustar un pastis (anís) helado viendo el suave movimiento de los barcos en el puerto.
El calor y la unión de la ciudad con el mar hacen de Marsella un paraíso para las terrazas, los bares los restaurantes. Si el gusto gastronómico es común a toda Francia, el disfrute de las terrazas y bares no es tan habitual. Por eso, como en la cercana Cassis o en Aix-en-Provence, hay que aprovechar que los marselleses disfrutan de la calle para, como ellos, acomodarnos en las sillas tras haber visitado los grandes monumentos de la ciudad.
La zona del Vieux Port, como no podía ser de otra forma, es una de las que posee más restaurantes. Dado su entorno tranquilo y agradable, les recomendamos comer en esa zona, lo que no quiere decir que no existan buenos e interesantes restaurantes en otras partes de Marsella, por ejemplo en el cercano barrio de Le Panier.
Allí, en el Vieux Port, desde las terrazas de los restaurantes podemos ver los puestos de pescadores que acaban de llegar de su faena. Esa mezcla popular de pescados, vendedores, viandantes, habituales y turistas se hace más curiosas sabiendo que Marsella es una gran ciudad y que otros barrios destacan por el agobio del asfalto y del hormigón. Ahí en puerto viejo parece que nos encontramos en otro tiempo, en otro lugar.
Zona de restaurantes y restaurantes con encanto.
Todos los muelles que rodean el Vieux Port están repletos de restaurantes, bares y pubs, donde sobre todo la mañana podremos toma un café absolutamente tranquilos. Por la tarde, a apartar de las 4 comienza la animación y el bullicio.
Justo detrás del lado sur del Vieux Port, en dirección a la básica de Notre Dame de la Garde, que campa sobre la ciudad, se encuentra un rectángulo de calles, plazas y avenidas llenas de restaurantes.
La Place aux Huiles, la Cours (Plaza) Honoré d’Estienne d’Orves y la Cours Jean Ballard forman con el Muelle (Quai de Rive Neuve el rectángulo de los restaurantes de Marsella. restaurantes de todos los tipos, gastronomías, gustos y precios se extienden en terrazas agradables en invierno y verano. No se pierdan la pequeña plaza circular situada en el mismo centro de ese rectángulo, la Place Thiers.
Otro lugar con mucho encanto son los aledaños de la Abadía de San Victor, continuando desde la Place aun Huiles por la Rue Sainte, allí se encuentran algunos restaurantes con encanto como uno que se sitúa en una huerta de productos ecológicos!!! No se lo pierdan es bajando unas escaleras por la Rue Robert desde la Rue Neuve Sainte-Catherine.
Con respecto a al calidad e los restaurantes, la variedad y el precio, como siempre es muy grande. Les recomendaríamos degustar la rica gastronomía marsellesa, los mariscos, la famosa sopa de pescado, la bouillabaisse, y los pescados. Cualquier plato que lleve pescado, frito, asado, al horno, etc… aderezado con las especias provenzales será un inmenso placer. Y para beber, vino blanco o rosado o cerveza. Ah, y no olviden tampoco los restaurantes corsos, o de influencia magrebí, numerosos en la ciudad y altamente recomendables.