Los volcanes de la Reunión entran en el Patrimonio de la UNESCO

El espectacular Trou de Fer. La erosión ha creado formas escarpadas, un paraíso para los caminantes.
El espectacular Trou de Fer. La erosión ha creado formas escarpadas, un paraíso para los caminantes.

El 1 de agosto de 2010, el Parque Nacional de la Reunión, entraba en el Patrimonio Universal de la Humanidad, que reune monumentos y parajes naturales de especial importancia, escogidos por la UNESCO. Este parque que ocupa el 40 % de la isla de La Reunión. La isla situada a más de 9.000 kilómetros de la Francia continental constituye un departamento insular de singular belleza y valor natural, artístico y humano. Este fragmento de la Unión Europea, situado en el extremo oriental de África, a 700 kilómetros Madagascar es un territorio pequeño pero rico en tradiciones y mestizajes y también en naturaleza.

La UNESCO ha reconocido el valor único del Parque Nacional que ocupa, como hemos dicho, casi la mitad de los 2.500 km2 de la isla. Dos macizos montañosos conforman el parque el Pitón des Neiges de más de 3.000 metros y el Pitón de la Fournaise con 2.600 metros, uno de los volcanes más activos del planeta.

El clima tropical y la emigración de gentes de Asía, África y Europa, que han mezclado sus costumbres, tradiciones, música y gastronomía, hacen de la isla un destino turístico aún sin descubrir completamente. La entrada en el Patrimonio de la Humanidad es esperada como un incentivo y una publicidad añadida para que La Reunión sea más conocida en todo el mundo y los turistas se acerquen a ella. La lejanía de las principales rutas comerciales del planeta es un problema grave, que hace que los viajes a La Reunión no sean demasiado baratos, pero también es una ventaja, ya que su naturaleza y sus gentes están menos “contaminadas” que las de otras regiones demasiado turísticas como Cancún o la Republica Dominicana.

La cercana isla de Mauricio ha apostado por un turismo de lujo que ha tenido un cierto éxito. La Reunión apuesta más por acercarse al turista medio, sobre todo al francés de la Metrópoli y al europeo, y por que no a los sudafricanos, árabes o hindús, cuyas costumbres ya forman parte de la isla ya que la emigración ha hecho de La Reunión un melting pot en si misma. La cercanía con la República Sudafricana y la India puede ser una gran ventaja. Además de la naturaleza, La Reunión es un paraíso para quien ame el montañismo y el senderismo, la isla goza de un clima muy agradable y de playas paradisíacas donde relajarse y descansar.

La Reunión, como el resto del mundo tiene problemas, problemas de desempleo, de falta de oportunidades, de emigración, superpoblación, etc… El delicado equilibrio humano y natural que aún persiste en La Reunión debe, como en otras partes del mundo, afrontar los desafíos de una economía que en lugar de ser sostenible se obceca en crecer exponencialmente. Esa carrera hacia delante, no tiene ningún cuidado de los seres humanos y del medio ambiente que, finalmente, son quienes producen las plusvalías, puede confirmarse en un suicidio colectivo.

El turismo puede ser una salida, pero como cualquier otro sector debe privilegiar las necesidades del entorno natural que mantiene vivo a ese turismo. La naturaleza y los hombres, que han creado esa compleja sociedad reunionesa, corren el riesgo de desaparecer si no son cuidadosas. 230 especies animales endémicas viven hoy en La Reunión, la mitad en peligro de extinción. Podríamos añadir la especie humana, obstinada en autodestruirse.

Esperemos que la razón triunfe, por una vez, y la gente sea capaz de poner límites al desarrollo inútil y al despropósito. La UNESCO ha puesto una primera piedrecilla, los habitantes de la Reunión deben poner otras y otras, los turistas que viajen a este microecosistema humano deben poner otras más. Turistas responsables, turistas humanos. De lo contrario, el futuro no muy lejano será el del Dodó, paradigma de la extinción absurda, paradigma y advertencia.

Por Iñigo Pedrueza


Unesco : la Réunion entre au patrimoine mondial…