El vino es uno de los productos típicos de Francia. En la capital no dejaremos de tener oportunidades para degustar los buenos caldos franceses. Las caves à vin, bodegas y tiendas donde se puede probar y comprar cualquiera de los vinos de Francia, se reparten por todas las zonas turísticas. Las hay preparadas para los turistas (Campos Elíseos, Rue de Rivoli, alrededores de la Torre Eiffel, Beaubourg Centro Pompidou) y otras un poco más autenticas y donde no se preocuparán tanto por nosotros, como en la zona del Marais o los Grandes Boulevards, donde se encuentran los grandes almacenes parisinos.
Hay tiendas familiares grandes franquicias entre las que destaca la cadena Nicolas, que ofrece vinos de Francia y del extranjero a precios accesibles.
Otra de las opciones es comprar nuestras botellas de Burdeos/Bourdeaux, Borgoña, Beaujolais, Chinon, Fronton, Saint Emilion o Chauteneauf-du-Pape, en alguno de los restaurantes que poseen bodega accesible al público. Sin embargo, aunque es cierto que la calidad de los vinos puede ser mayor, los precios también lo serán y mucho.
