
Francia tiene una larga y distinguida tradición musical. Desde antes del año 1000 se destaca el canto gregoriano empleado en las liturgias. En Francia se creó la polifonía (superposición de líneas melódicas).
En la denominada Ars Antiqua. El Juramento de Estrasburgo (842) es la obra lírica francesa más importante de la edad Media, periodo en el que se desarrollan los Cantares de Gesta como el «Cantar de Roldán» (siglo XI). Poemas épicos narrados por juglares; los trovadores, poetas y músicos aristocráticos que escribían canciones elocuentes sobre el amor cortesano, la guerra y la naturaleza, interpretaban estas obras en el sur del país.
Francia fue la cuna de los «Trovadores» (siglo XII), así como del Ars Nova (siglo XIV). El más influyente de los compositores franceses del siglo XIV fue Guillaume de Machaut, notable representante de la música vocal polifónica, tanto sacra como secular.
En los siglos XV y XVI, canciones, motetes y música sacra destacan entre las composiciones musicales más importantes.
En la segunda mitad del siglo XVI, el músico de origen italiano Jean Baptiste Lully creó un estilo operístico francés al combinar los espectáculos cortesanos tradicionales con las tramas de los dramas contemporáneos franceses, creando así unas formas musicales que unían la danza con la ópera italiana.
A principios del siglo XVIII, François Couperin y Jean Philippe Rameau compusieron suites para clavicordio.
A finales del siglo XVIII y en el siglo XIX, muchos compositores de ópera extranjeros desarrollaron su obra en París, como Gluck, Cherubini, Grétry, Meyerbeer y Offenbach. París se convierte en el centro musical del mundo. Entre los compositores operísticos franceses del siglo XIX destacan Jacques Halevy, Charles Gounod, Georges Bizet y Jules Massenet. El principal compositor francés de música orquestal de principios del siglo XIX fue Hector Berlioz. Camille Saint-Saëns comenzó su actividad a mediados del siglo XIX y fue maestro de Gabriel Fauré. A finales del siglo XIX, Claude Debussy compuso una amplia variedad de trabajos en nuevos estilos con reminiscencias literarias y pictóricas. A principios del siglo XX, Maurice Ravel produjo obras de perfil más formal. Les Six, un grupo de compositores neoclásicos formado en 1918-1919, contaba con Darius Milhaud, Francis Poulenc y Georges Auric, cuyo trabajo recibió la influencia del excéntrico Erik Satie. Ígor Stravinski trabajó en París en las décadas de 1920 y 1930.