Cómo moverse por Francia

Los coloridos tranvías de Montpellier contrastan con el blanco de la piedra de los edificios del centro.
Los coloridos tranvías de Montpellier contrastan con el blanco de la piedra de los edificios del centro.

En esta página les daremos algunas pistas para puedan desplazarse con comodidad por Francia, una vez que hayan llegado. Los transportes franceses son variados y sus precios similares a los del resto de países europeos. Si en Gran Bretaña el coste del transporte urbano e interurbano roza lo demencial, en Francia se sitúa en la media, con precios similares a los españoles o italianos.

Evidentemente existen variaciones y todo depende del lugar y del tipo de transporte. El hecho principal que destaca en Francia, y también en Alemania, es la preeminencia del transporte ferroviario. La población viaja en coche también, evidentemente, pero no en autobús. El tren le ha desbancado por su rapidez, comodidad y cadencia, a pesar de que su precio es mayor que el del transporte en autobús.

Moverse por una gran ciudad

Las grandes ciudades y sus cercanías, como París, Marsella, Burdeos, Lyon o Lille no son aptas para los coches. Las dificultades para circular y aparcar no hacen recomendable utilizarlo a no ser que pensemos el viaje como un periplo que nos llevará por varias ciudades. En las grandes ciudades lo más interesante es llegar en tren o avión y después utilizar el transporte público.

Además de trenes de cercanías, metro y autobús, la mayoría de las grandes ciudades francesas están recuperando el tranvía. Hoy París ya es rodeado por una línea circular de Tramway, de tranvía. En la mayoría de ciudades existen bonos que permiten utilizar todos los transportes públicos. Infórmese de los precios y reducciones.

De una ciudad a otra

Todo dependerá del origen y del tipo de viaje. Es factible ir en coche a Futuroscope, a los Alpes y los Pirineos, a Disneyland París, a Bretaña o a Provenza. Si se plantea un viaje largo, donde el tiempo tiene menos importancia que el discurrir del propio viaje, donde se quiere disfrutar de las carreteras secundarias y de los pueblecitos en un valle verde, el coche será el medio de transporte ideal.

Las conexiones entre las grandes ciudades y con todo el norte de Europa son excelentes. Ahí el tren gana la partida sin ninguna duda. A una hora de París está Bruselas, a menos de tres Londres con su flamante Eurostar. Ámsterdam también está a unas tres horas y a poco más Luxemburgo y muchas ciudades alemanas. En tres horas habrá dejado la ciudad de la luz para ver el Mediterráneo en Marsella y en cinco habrá viajado de Hendaya hasta París, otra vez. Con antelación la SNCF, la compañía pública de trenes, ofrece billetes que pueden costar sólo entre 20 y 30 euros.

Los inconvenientes son que las conexiones no son tan abundantes con las ciudades más pequeñas. Desgraciadamente la zona peor comunicada es precisamente la conexión con España, por el País Vasco y por Cataluña. De lado español el tren de alta velocidad está bastante avanzado hasta Cataluña, y en proyecto del lado vasco. Cuando ambas conexiones funcionen, el tren pondrá en serios apuros al avión. Cierto es que del lado francés las cosas van más lentas y hay retrasos en la conexión Nimes – La Junquera y Tours- Irún.

Para visitar Aquitania, Midi-Pirineos, Provenza, Bretaña o el interior, el coche vuelve a ser una buena alternativa.

No cuente con el autobús, el tren es mejor amigo

Dos eurostar en la estación del norte de París. En tres horas estarán en Londres.
Dos eurostar en la estación del norte de París. En tres horas estarán en Londres.

En autobús, al revés que en España, no es una buena alternativa. Los precios de los autobuses interurbanos son bajos, pero la cadencia es pequeña y los horarios generalmente nocturnos. Hay ciertas compañías que unen Andalucía, Madrid, Galicia y Cataluña con París por Montpellier y Lyon, pero las distancias son largas y el confort limitado.

El avión tampoco es muy útil. Los grandes aeropuertos parisinos concentran las conexiones y el trafico. Existen otros aeropuertos importantes, Marsella, Niza, Toulouse, pero los precios son altos y la mayoría de las veces no pueden competir ni económicamente ni en tiempo con el tren. El avión es indispensable para visitar los departamentos de ultramar, Guadalupe, Polinesia, La Reunión, ya que los mejores vuelos salen de París.

Existen vuelos a bajo costo que salen de varias ciudades francesas, pero los destinos suelen ser Gran Bretaña, Alemania o Escandinavia.

Par visitar Córcega lo más interesante son los ferrys, cómodos y no demasiado caros. El viaje no es excesivamente largo y permite llevar nuestro vehiculo.

Moverse en las zonas rurales

En las zonas rurales el autobuses es aún más inútil ya que no existen demasiadas compañías que cubran este ámbito. El coche se vuelve indispensable.  Una excepción son las estaciones de esquí de Pirineos o Alpes. Allí, normalmente existe una conexión, incluida a veces en el billete de tren, desde la estación de la SNCF hasta las pistas.

Otras formas de moverse por Francia.

El cicloturismo y el campismo están muy desarrollados en toda Francia y en Europa en general, por lo que es factible recorrer Francia en bici. Los transportes públicos, en especial los trenes, poseen espacios destinados a las bicis y esquís también. Como la red de campings es inmensa, toda la zona rural es muy acogedora y finalmente posee buenos servicios para los turistas ciclistas.

Los canales permiten navegar en gabarras por el interior de Francia, es otra buena opción para conocer el país de una manera distina.