El Louvre pide dinero para comprar las Tres Gracias de Cranach

El Museo del Louvre de París ha sorprendido a los franceses al solicitar públicamente fondos a la ciudadanía para poder adquirir un cuadro. La medida es inédita y sorprende ya que en Francia, normalmente es el Estado el que se ocupa de estas decisiones. Pero gracias, o a causa, de las sucesivas descentralizaciones y cesiones del Estado central a las instituciones, hoy en día los museos, como la universidades, tienen la capacidad de tomar decisiones estratégicas y de orientar sus dineros hacia diestra o siniestra. El proceso es complejo y tiende a crear instituciones de primera y de segunda categoría.

El Louvre es el principal museo de París y del mundo por lo no tendrá problemas para recaudar el millón de Euros que falta para completar los cuatro que un coleccionista privado pide para deshacerse del cuadro del pintor germánico del Renacimiento Lucas Cranach, «Las tres gracias». El cuadro es hoy en día propiedad de un ciudadano francés y el Louvre desea adquirirlo par completar su magnifica colección de pintura germánica y añadirlo a las otras 5 obras de Cranach. Sin fondos suficientes para pagar todo el dinero, varios empresas mecenas han aportado buenos capitales que, evidentemente amortizarán convenientemente gracias a las desgravaciones fiscales que el gobierno otorga por la donación de obras de arte. Pero incluso así el dinero no alcanza la cifra necesaria.

Así desde el 13 de noviembre todos aquellos que lo deseen pueden realizar sus donaciones, sin cifra mínima ni límite máximo, por su puesto. Las personas que donen hasta 200€ verán su nombre inscrito en la lista oficial de donadores; entre 200€ y 500€ permite ser invitado a una visita privada; y a partir de 500€ garantiza una fiesta privada en el museo, suponemos que la inauguración de su exposición pública.

Las Tres Gracias se trata un lienzo de pequeñas dimensiones (24cm x37cm) pintado sobre tabla, pero es una obra maestra de Cranach y del renacimiento alemán. Pintado en 1531, muestra las típicas figuras del maestro alemán, tres mujeres desnudas, extremadamente pálidas y delgadas, lo que contrasta con el fondo oscuro. Sin decoración ni paisaje, el canon de belleza de Cranach no se parece al de Rubens, que cien años después apostará por la desmesura y la abundancia. Cranach, cuyas mujeres representan para muchos historiadores del arte el canon perfecto, -perdonen el epíteto-, recuerda más a las tendencias andróginas actuales.

La obra es bastante enigmática, pues se desconoce porqué la única prenda de ropa es un sombrero plano y rojo con el que está tocada la Gracia del centro, la misma que posee no uno sino dos collares. La mujer situada a la derecha se coge el pie por el tobillo en una postura extraña. Y la tercera figura ,la Gracia de la izquierda, se situa de espaldas mirándonos en un escorzo también extraño. Todo esto, como suele ser habitual ha dado rienda suelta a las más peregrinas elucubraciones. Con ellas, los periódicos pierden el tiempo en lugar de cuestionarse sobre la entrada de grandes mecenas en la política del principal museo de Francia, del gran Louvre. Las grandes empresas y los más elegantes millonarios han respondido ya, ¡presentes! y se disponen magnánimamente a sacar su chequera.

Si todo va bien a finales de año los franceses habrán financiado la adquisición de la obra y los ciudadanos del mundo la podremos contemplar cuando visitemos París.

El 66% del montante de la donación es deducible en la declaración de la renta. Interesante el arte, ¿verdad?

©Iñigo Pedrueza

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