
Muchos pueblecitos rodean el Mont Ventoux y el Macizo de Baronnies. No les hablaremos aquí de Vaison-laRomaine, Orange o Aviñón que cuentan con su propia página, pero destacaremos los más pequeños y menos conocidos, así como los que se encuentran más cerca.
Bédoin.
Al pie del Mont Ventoux en su fachada sur, marca el comienzo de la ascensión al col del Tour de Francia. Si una etapa del Tour de Francia termina en la cumbre la afluencia de gente es inimaginable. En 2009 medio millón de personas se acercaron a la zona.
Su patrimonio es interesante, la iglesia, la parte vieja en donde se encuentran la mayoría de la veintena de restaurantes, los 4 hoteles es una zona interesante, sobre todo en los cálidos días del verano.
Cuatro campings se sitúan en los alrededores del pueblo así como un centro naturista.
El vino y los frutales y sus derivados (mermeladas), así como la lavanda y la artesanía de cerámica son las otras actividades de la ciudad.
La cumbre del Mont Ventoux está a 20 kilómetros. Marsella a 87.
Sault.
Sault se encuentra en un espigón rocoso que domina la llanura de la Vaucluse. Es uno de los puntos de entrada a las gargantas de la Nesque, paraje de gran belleza del Macizo de Baronnies.
El pueblo merece la pena un desvío ya que su construcción en la pequeña meseta elevada hace que su arquitectura sea peculiar y recuerde a una fortaleza. Sus callecitas empedradas y el silencio que reina en estos pueblos provenzales permiten al viajero trasladarse en el tiempo.
Brantes.
Brantes es un pequeño pueblecito colgado de la ladera norte del Mont Ventourx. Hoy sólo hay 80 habitantes permanentes, aunque en verano la población aumenta mucho. El pueblo se extiende por la ladera del Mont Ventoux, con los que las casas y las calles son muy pintorescas y bellas. Un par de capillas del siglo XI y otros vestigios del pasado añaden interés a la visita de este pueblo.
Malaucène.
Malaucène es un pueblecito de unos 3000 habitantes que vive de la agricultura y el turismo. Posee bastantes servicios, teniendo en cuenta su tamaño y se beneficia del interés de los ciclistas por el Mont Ventoux y de los esquiadores y amantes de a nieve que se acercan a la estación de esquí de Mont Serein.
Varios monumentos hacen la visita del pueblo recomendable. Destaca la capilla Notre-Dame-du-Groseau, adscrito a una divinidad de origen prerromano recuperada por el cristianismo. También es interesante la iglesia fortificada de Saint Pierre Saint Michel, del siglo XIV. Varias fuentes hablan también de la importancia del agua en la región.
Petrarca habría pasado por Malaucène durante su ascensión de 1336.



