Guía de Aix-en-Provence

La arteria más animada de la ciudad un buen preludio para adentrarse en la zona vieja.
La arteria más animada de la ciudad un buen preludio para adentrarse en la zona vieja.

La ciudad provenzal suele acoger a los visitantes con el sol límpido y el cielo azul claro. Ese particular brillo lo inunda todo y se entrecruza con los chorros de aguas que salen de la fuentes. Así, el calor del Midi se suaviza y se alegra. Esta podría ser una primera impresión de esta ciudad a mitad de camino entre Aviñón y Marsella. Y será de esta forma, si no tienen la mala suerte de acercarse a ella en alguno de esos periodos de fuertes lluvias que tanto perturban a la desembocadura del Ródano, desde Montpellier hasta la propia Marsella.

La impresión positiva se refuerza, generalmente, ya que la visita de Aix-en-Provence no suele ser uno de los puntos álgidos de los viajes por Francia, por Provenza. Normalmente se visita Aix por alguna referencia tangencial. Alguien nos dijo que era un sitio bonito, sin nada particular pero agradable. Esa sería una buena definición de la ciudad, una ciudad viva, agradable, fácil de visitar y recorrer y con mucho ambiente.

La cultura no deja de aparecer en Aix, varios museos, exposiciones constantes, ciertos monumentos… Todo ello es cierto, pero Aix, con su rica historia cultural, su pasión por la pintura, su clima benigno y sus terrazas carece de un monumento o hecho clave que atraiga y catalice la energía turística. Montpellier es otro ejemplo de  este tipo de ciudades, las cuales, sin embargo, suelen ser más acogedoras y entrañables que otras que poseen grandes monumentos reconocidos en el patrimonio Universal de la UNESCO.

Otro punto muy positivo para los viajeros iberoamericanos es el ambientes ciudades con más ambiente, con mayor parecido a la actividad de la calle de España. El viajero podrá sentirse completamente a gusto en sus terrazas, sus restaurantes y plazuelas, podrá comer a las dos y media de la tarde y, nadie, ni camareros ni transeúntes repararán en la tardía hora.

Aix ciudad acuática en pleno interior de la Provenza

El agua es la característica que define a la ciudad, decenas de fuentes inundan la ciudad con un frescor muy necesario en el estío provenzal. Todo el casco viejo es prácticamente peatonal, a él se accede desde la gran avenida, la Cour Mirabeau que une las fuentes de la Rotonde y de los Cuatro Delfines. En está avenida semipeatonal podrá encontrar números cafés y restaurantes, tientas de ropa, productos típicos y librerías.

La Rotonde, la verdadera entrada a la verdadera ciudad
La Rotonde, la verdadera entrada a la verdadera ciudad

El ambiente siempre es animado y se nota que es un lugar donde la gente se exhibe. De la misma manera que las alamedas y las plazas y los paseos de cualquier ciudad de provincia de España o América Latina, en las terrazas de la Cour Mirabeau la gente se sienta a contemplar y ser contemplada. La avenida recuerda también a los bulevares más importantes de París y como en ellos la gente cuida mucho su vestimenta.

Este hecho junto al ambiente de calle hace de Aix una ciudad particular, diferente. Para aprovecharla cualquier estación es buena.

El invierno con las nieves de los Alpes tan cerca y el cielo tan azul. La primavera con la llegada del sol cálido y con las flores que se asoman. El verano que se inicia con un junio lleno de lavanda, que se desborda desde Manosque hasta las calles y plazas de Aix. Y finalmente el otoño con la vendimia y las hojas ocres amarillas y rojas.

Aix ciudad de cultura y estudio

Este lado burgués se mezcla con un lado bohemio, de la misma forma que en París. El hecho de que Aix-en-Provence sea una ciudad universitaria provoca la mezcla de gentes de toda Francia y del extranjero. Además de la Universidad varios institutos de Investigación Superior dan un toque académico a la ciudad.

Alegria en las calles de Aix, un esudiante que acaba de terminar, con éxito, sus estudios.
Alegria en las calles de Aix, un estudiante que acaba de terminar, con éxito, sus estudios.

Por el entramado de calles del centro encontraremos muchas librerías, tiendas de cómics, bares de todos los estilos y gustos, lugares donde uno puede tatuarse el cuerpo, galerías de arte y también tiendas de las más prestigiosas y caras marcas de ropa de Francia.

A diferencia de Nimes o Toulouse, donde el tono de la ciudad es más homogéneo, en Aix veremos codearse a maduros millonarios que han hecho una escapada desde la costa azul con jóvenes estudiantes antiglobalización. Y todo con mucha calma, sin tensión. Las viejecitas, las estudiantes y los empresarios, todos ellos se sientan en los cafés y a media mañana con calma contemplan al sol del invierno elevarse tranquilamente.