Las regiones en Francia son, sobre todo, unidades administrativas, que reúnen departamentos y, que carecen de importancia política e identitaria. En el caso de Aquitania la reunión ha unido zonas de la Gironda, con Burdeos, toda la cuenca del Garona, el Bearn, la Gascoña y el Pays Basque. La región posee un polo industrial y financiero, Burdeos, pero se caracteriza sobre todo por su carácter turístico y agrario. Es la región del vino de Burdeos, de los Pirineos, de las playas de la costa de plata (côte d’Argent) y la côte Basque y los pastores vascos con la boina, sus quesos de cabre y sus ristras de pimientos. A diferencia del otro lado de la frontera donde el País Vasco o Aragón que no son precisamente, las zonas más cotadas por los turistas, del lado francés ocurre todo lo contrario.
Aquitania se extiende por mas de 41.300 km2 en cinco departamentos, Dordogne, Gironde, Landes, Lot-et-Garonne y Pirineos Atlánticos. Limita al norte. Su población se sitúa entorno a los 3,2 millones de personas. Al norte está la región de Poitou-Charentes, al este Limousin y Midi-Pirineos.
Le Pays Basque.
Las playas del Pays Basque con su casino en Biarritz, las landas que se alargan hasta el estuario de la Gironda, Cap-Ferret e incluso Burdeos son el ideal de las vacaciones en Francia junto a la Costa Azul y Córcega. Los Pirineos son el otro gran atractivo de la región, combinando montaña, deporte y naturaleza.
El interior de Aquitania y el sur, hacia España y los Pirineos es una zona rural, conocida por sus jamones, ¡increíble! por su aroma antiguo y su gastronomía. Al sur de Burdeos, los franceses imaginan un paraíso bucólico y pastoril, por su puesto – abunda el queso de cabra -, donde descansar y a lo sumo acercarse a las playas.
Aquitania es una gran región, poco poblada y relativamente poco urbanizada que destaca por la calidad y amplitud de sus espacios naturales. Por ello tiene mucho que ofrecer y es muy desconocida en España. Los tres elementos principales son el mar y al playa, la montaña y, por último, la cultura y las ciudades.
La costa aquitana, el Atlántico, los lagos y los ríos.
La costa de Aquitania se alarga de norte a sur de manera prácticamente rectilínea. Se trata de una costa baja que crea prácticamente una única playa en casi los 200 Km. de litoral. Junto a la frontera española se acumulan varias ciudades pequeñas y pintorescas, llenas de restaurantes, algunas tan animadas como las españolas. El mar domina toda está zona con centenares de surfistas que se agolpan buscando la ola perfecta.
Después una gran extensión de verdor, las landas, que se abren desde Bayona hasta Burdeos prácticamente. Durante muchos kilómetros, la playa arenosa da paso a los boques de pinos que hacen de las landas aquitanas la región boscosas más importante de Europa. Estos inmensos pinares fueron plantados en tiempo de Napoleón para aprovechar las zonas de marismas infértiles que hacían de esta región un territorio inhóspito y olvidado. Además de ser el bosque más grande de Europa, el bosque es uno de los principales recursos regionales. La explotación de la madera se ha convertido en una gran industria, protegiendo otras zonas boscosas de la explotación maderera.
Las playas inmensas permiten sin ningún problema, como el resto de Francia, la practica del naturismo, los largos paseos, la calma de la soledad o el ajetreo de las noches de los innumerables campings.
La duna de Pilat.
La duna de Pilat, o Pyla, cerca de Arcachon, alcanza los 100 metros de altura. La vista desde la cima es magnifica porque mezcla el azul del mar, el amarillo pálido de la arena y la costa y el profundo verde del interior. Un bosque que se pierde en la lejanía y que nos traslada lejos de la imagen urbanita de Europa.
Además del litoral, el agua está presente en las playas fluviales, ya sea en el Garona, el Adour o el Dordoña. Y también en los lagos, restos del pasado marismeño de la región. El lago más grande Francia se encuentra en la región, el lago de Carcans-Hourtin-Maubuisson, situado a una hora por carretera de Burdeos. 6.000 ha para disfrutar de los deportes náuticos, (la vela, el esquí), ciclismo o golf.
El lago de Cazaux-Sanguinet es casi tan grande como el Carcans y además bajo sus aguas se han descubierto las ruinas de un poblado de la Edad del Hierro y otro galo romano. Un museo nos muestra parte de los vestigios.
El otro gran lago es el de Biscarrosse. En este lago hacían escala para los aviones del Aeropostal, el servicio aéreo que unía París y Buenos Aires y en el que voló entre otros Antoine de Saint-Exupéry. Hoy en día los turistas descansan en sus playas y se bañan en calma, tal vez leyendo El Principito.
Dordoña y las Cuevas de Lascaux, el Versalles de la Prehistoria.
Las pinturas rupestres de la cueva de Lascaux, en el departamento de Dordoña, son consideradas junto a las de Altamira en España, como las más importantes de la Prehistoria. Datadas entorno al 18.000 antes del presente, en la época del magdaleniense o solutrense, son una muestra de la pericia y el desarrollo de las sociedades de nuestros primos Neardentales.
Como su visita está reglamentada de forma muy estricta les recomendamos se ha construido una replica para que todo el mundo pueda aprender y maravillarse ante la obra de estos hombres prehistóricos.
El departamento de la Dordoña cuenta con un patrimonio monumental riquísimo. Iglesias y monasterios, pequeños pueblos medievales que han mantenido sus estructura. En el antiguo territorio del Perigord se dice que hubo más de 1000 castillos. Hoy quedan muchos de ellos, restaurados, de propiedad pública o privada. Algunos de los más importantes y bellos son: el Castillo de Hautefort, Castillo de Castelnaud-la-Chapelle, Castillo de Commarque, Castillo de Monbazillac, Castillo de Beynac, Castillo de l’Herm, Castillo de Bourdeilles, Castillo de Biron, Castillo des Milandes, Castillo de Montfort, Castillo de Puymartin o Castillo de Losse.
Todo el suroeste de Francia es también tierra de bastidas. Las bastidas eran pueblos nuevos de fundación real la mayoría de las veces que se crearon en la Baja Edad Media. Algunas de las más concedidas son Monpazier, Villefranche-du-Périgord, Domme y Eymet.
El río Dordoña está repleto de pueblecitos pintorescos con castillos, palacios y alojamientos con encanto. Sarlat, es una parada obligatoria. En Castelnaud-la-Chapelle se encuentra el Château de MIrande que perteneció a la cantante Josephine Baker, francesa de adopción.
Burdeos, la capital.
Burdeos es la gran ciudad aquitana. Con un pasado antiguo y poderoso, hoy en día se ha convertido en una agradable ciudad de provincias, tal vez un poco conservadora, pero que ha preservado bastante bien su patrimonio. A su alrededor la industria del vino y del turismo vitivinícola está dándole un nuevo impulso.
La montaña, los Pirineos en Aquitania.
Si bien la zona pirenaica de Aquitania no es la más alta, existen estaciones de esquí y sobre todo unos paisajes envidiables. Con una gastronomía reputada y pequeños pueblecitos donde la gente aún vive plenamente en contacto con la naturaleza, hacen de los Pirineos aquitanos merecedores de una larga visita.
El Parque Nacional de los Pirineos es una reserva incomparable de especies naturales autóctonas, donde al mismo tiempo es posible practicar los deportes de nieve, y el montañismo.
Para ampliar información visite nuestra página de los Pirineos.
Las ciudades y el vino.
Denominaciones de origen como Graves, Saint-Emilion, Buzet, además de la Bordeaux merecen una larga visita, eso sí con un hotel o camping reservado. Después de probar los agradables caldos bordeleses no se puede conducir!! Visite la página del vino de Burdeos.
Arcachon y la duna de Pilat, el estuario de la Gironda, Cap-Ferret y sus apreciadas playas, en definitiva todos los alrededores de Burdeos nos mantendrán ocupados durante unos días.
Bayona es la otra gran ciudad, bella y olvidada por el glamour de sus bucólicas vecinas, San Juan de Luz y Biarritz. En Biarritz nos encontraremos más ikurriñas que en San Sebastian, aunque aquí, esta bandera sea más un reclamo turístico que otra cosa. La boina, los pimientos, el jamón y los símbolos vascos son un reclamo perfecto para el resto de los franceses, que buscan buena comida, playas y descanso. La arquitectura de estas ciudades mezcla el palacio típico de los balnearios de principios del siglo XX, con los chalets de estilo “vasco” y un lujo venido a menos mezclado con el salitre del surf. La curiosa mezcla no deja de ser atractiva y bonita, y la animación no falta en verano. Sin olvidar su famoso casino.
En el interior se encuentra Pau, que con Bergerac, Mont-Marsan y Dax son otras ciudades de interés.
Cultura y gastronomía
Esa idea bucólica es el elemento que más se busca y que por tanto más se encuentra en Aquitania. El turismo se ha fortalecido con esos símbolos y se apoya en la naturaleza y la gastronomía, además del vino en la zona de Burdeos.
Una miríada de elementos que merecen la pena una visita sobre todo dada la cercanía de Navarra, el País Vasco o Castilla León con Aquitania.