Edad Media de Francia

Historia de Francia: 3 – Edad Media

Castillo de Fougeres
Castillo de Fougeres

Los francos y sus dinastías ocupan una buena parte de lo que hoy es Francia desde el siglo IV d. C. Se tiende a asimilar su asentamiento y la construcción de un reino y un protoestado como el origen de Francia. Nosotros no seremos tan atrevidos. Coinciden los territorios, los nombres, vagamente las lenguas… Pero a pesar de todo nada tienen que ver los reinos, condados, principados, Imperios, provincias medievales con los modernos Estados decimonónicos, por mucho que en el presente se intente buscar raíces inventadas para justificar supuestas esencias inmutables. Y lo que vale para Francia, vale para el Perú inca, la Italia romana, el Zimbabwe Zulu, la Croacia dálmata o la España celtíbera.

La época medieval, más que una época de formación de una entidad que podría haber sido totalmente diferente de lo que finalmente fue, es una época de dispersión, de cambio continuo, donde las unidades políticas, culturales, sociales y económicas evolucionan sin parar. Por ello prácticamente cada momento supone un mapa diferente, pero hemos de entender que los mapas con los que queremos fijar territorio, coronas y dinastías, poco significan en este momento y nada si lo equiparamos a lo que una frontera significa hoy en día. A ello ayudo que los poderes semireales no se basasen en la primogenitura, algo lógico cuando aún el rey no era más que un Primus inter pares. El modelo romano se une a la religión cristiana al sustrato que aportan los bárbaros, élite guerrera que uniéndose a la curia religiosa se convierte en cúpula de la sociedad medieval, la que progresivamente se constituirá en orden estamental.

La disgregación política que se produce tras la caída del edificio romano va creando una sociedad rural, bastante cerrada . Los lazos personales entre los campesinos y sus protectores, los guerreros, la élite galorromana mezclada con los fieros bárbaros, forman un tejido de relaciones que sin ser inmutable organiza la sociedad. Después, estos pequeños señores se subordinan a la Iglesia, y a señores más poderosos, barones, condes, duques en un complejo sistema de alianzas, estas sí, cambiates, que hacen bascular y cambiar las fronteras de los libros de historia haciendo que poco signifiquen.

Merovingios y carolingios, ¿franceses? No, dinastías reinantes.

El jefe franco Clovis se convierte al cristianismo a finales del siglo V, cuando ya es una estrella montante en la Galia pos romana. De un pequeño territorio en lo que hoy es el Benelux, este jefe Franco se convierte en el dominador de la Galia, venciendo a los Alamanos en Tolbiac en 496 y a los visigodos, expulsándolos más allá de los Pirineos. No es extraño que la incipiente Iglesia cristiana buscase en él la espada para portar su mensaje y protegerse. La alianza entre lo militar y lo místico prefigura la organización medieval. A su muerte en 511 el reino se divide entre sus hijos lo que perjudica la estabilización de los territorios y muestra cuan poco valen las fronteras en esta época.

Mapa de Francia, siglos XI-XII. Tengan en cuenta que los cambios fronterizos eran constantes, bastaba que un señor cambiase su vasallazgo por algún motivo. Los territorios vasallos del rey de Inglaterra se reducirán progresivamente, pero los momentos decisivos tendrán lugar durante la guerra de los cien años.

En 751 una nueva dinastía sustituye a los merovingios, los carolingios, llamada así en honor a Carlos Martel, que venció en Poitiers a un ejercito árabe. Pipino el Breve y sobre todo su hijo Carlomagno ( rey de 768-814) se convertirán en dominadores de todo el occidente no musulmán. Bajo Carlomagno un gran imperio se formará con más de un millón de kilómetros cuadrados, donde la Galia será el centro de un vasto territorio que se extendía hasta el Elba, el Theiss, el Adriático y el Ebro. Precisamente el carácter imperial llega de la alianza con la Iglesia romana que sacralizará a Carlomagno otorgándole el Imperium romano. La alianza ya es eterna entre Iglesia, poder militar y político. Sin embargo la tradicional división de su imperio a su muerte separa definitivamente el mundo germánico, Sacro Imperio germánico, y el occidental, lo que mucho más tarde será Francia.

Una nueva dinastía, los Capetos, consiguen el cetro real en 987 y lo mantendrán hasta la Revolución. Durante este baile de monarcas y dinastías quien realmente consigue el poder son las grandes familias nobiliarias y la Iglesia católica, a pesar de los tenues avances centralizadores del rey. Los feudos reales son pequeños y tras la invasión normanda de las Islas Británicas, el nuevo rey de Inglaterra y su linaje controlan una buena parte de la fachada atlántica de la Galia. Nos encontramos aún en pleno medievo, con familias que ganan y pierden reinos y territorios, donde no existe homogeneidad cultural ni lingüística y sólo la Iglesia intenta, no siempre con éxito, armonizar las almas.

Modelo Feudal

Los filósofos cristianos como Santo Tomas de Aquino justifican una sociedad organizada en órdenes. La nobleza que controla el aparato militar y político, el clero la relación con Dios, y el tercer estado que trabaja, con los campesinos y la naciente burguesía. El inmovilismo aparente quiere fijar las normas sociales, los lugares de las personas en el organigrama estelar. Una cosmovisión ha nacido, y durará hasta que la revoluciones burguesas y liberales la destruyan o reformen en el siglo XIX.

Una sociedad agraria servil es la norma, aunque con el paso de los siglos el comercio recupera parte de su importancia y los excedentes monetarios de la explotación campesina comienzan a concentrarse en algunas regiones como Flandes, la ciudades italianas y las grandes Ferias de Champaña, por ejemplo. Las bases del mercantilismo y del capitalismo, de la burguesía, también comienzan a ponerse en pie.

La época medieval es una época oscura, de ignorancia y servilismo, de opresión y grandes plagas. No obstante, también es una época de libertad y de aventura. Los poderes son aún limitados, la geografía es ruda e inmensa, los bosques y las montañas lugares de refugio para huidos y delincuentes, herejes y buhoneros. El modelo feudal no es unitario ni totalmente cerrado. A la opresión se opone la revuelta, a la peste, la negociación de los supervivientes.

Dios sobre todo.

La sociedad se teocratiza y Dios, el dios de los cristianos domina el mundo medieval. La élite cultural se sitúa en los monasterios, y con el control cultural, el control económico. La hegemonía católica aún es débil y numerosas corrientes puritanas como los cátaros surgen y se oponen a la hipocresía clerical. La cruzada que acaba con los albigenses se basa en la lucha contra la herejía, pero también en la conquista del ducado de Toulouse por parte del Rey.

La guerra de los cien años.

Antes hablábamos de la conquista de Inglaterra por Guillermo el Conquistador en 1066 ras la batalla de Hastings. Guillermo se convierte en Rey de Inglaterra sin deja de ser duque de Normandía entre otros títulos.

La guerra de los 100 años fue una de las primeras guerras modernas, con gran uso de material y soldados. Aquí tenemos una revisión netamente romántica de la guerra. En el XIX se idealizará, sobre todo la figura e importancia de Juana de Arco.
La guerra de los 100 años fue una de las primeras guerras modernas, con gran uso de material y soldados. Aquí tenemos una revisión netamente romántica de la guerra. En el XIX se idealizará, sobre todo la figura e importancia de Juana de Arco.

El conflicto dura entre 1337 y 1453, y opone a dos familias que buscan el control del feudo galo del Rey de Inglaterra y también Duque de Normandía. Hoy se habla de la oposición anglofrancesa, demagogia barata que oculta una buena relación entre dos aliados fieles desde el siglo XIX, basándose entre dos familias “francesas” hace 700 años. La guerra es larga y atraviesa momentos de calma y de tempestad. EL conflicto se hace internacional y finalmente la fuerza del pujante reino francés se sobrepone al reino inglés cuyo núcleo se haya al otro lado de la mancha. Tras la retirada inglesa, sólo la ciudad de Calais seguirá perteneciendo al reino inglés.

La victoria del rey francés es importante porque aumenta los feudos reales y refuerza la figura del rey, poniendo las bases para un dominio más centralizado y sólido.

La figura de Juana de Arco, tan destacada por el cine y las leyendas debes ser tomada con cautela. Sin obviar su efecto propagandístico, su influencia real es menos importante de lo que se suele decir. No hay que olvidar que nos encontramos en ciclos largos, fenómenos cuya duración supera a la de los seres humanos, por mucho que los grandes personajes hayan dejado y dejen su impronta.

Por Iñigo Pedrueza.