La Torre Eiffel es uno de los edificios más imponentes del mundo con sus 330 metros de altura. Como podrán imaginarse desplazarse por ella necesita la ayuda de los ingenios mecánicos. Sin embargo, la fuerza física es muy útil para contemplar y disfrutar la Torre en todo su esplendor.
La Torre Eiffel a pie.
Por increíble que parezca, este método es el más barato, el mejor para la salud y con el que mejor se tiene constancia de la magnitud de la Torre. Dos de los cuatro inmensos pilares sobre los que se sostiene la Torre permiten el acceso a pie. De esta forma se puede acceder a los dos primeros pisos del edificio.
El primer tramo que nos lleva a la primera plataforma, situada, a 60 metros de altura ya es todo un desafío. La ascensión es larga, pero cualquiera que posea una forma física básica puede hacerlo. Numerosos paneles nos van informado por el camino de los avatares de la construcción, de las opiniones diversas que la Torre se granjeó durante los primeros años, de los hechos curiosos o trágicos vinculados a ella.
Gracias a la ascensión a pie podemos observar el método de construcción, las vigas entrelazadas, los innumerables remaches, las copas de pintura, la iluminación, en definitiva los entresijos arquitectónicos de este monumento irrepetible.
Poco a poco nos vamos incrustando en la estructura y al final perdemos de vista la ciudad para recuperarla al llegar a la primera plataforma. Ya ahí, a 60 metros de altura la impresión es sobrecogedora, sobre todo si es la primera vez que ascendemos. Sólo queda mirar hacia arriba y pensar que aún queda mucho…
A pie se puede ascender también a la segunda plataforma que se encuentra a 115 metros de altura. Desde allí las personas comienzan a parecerse a hormiguitas. ¡Habremos ascendido 704 escalones!
Desde la segunda plataforma sólo nos queda el ascensor para llegar a la cumbre. En los días de más afluencia una cola les espera con seguridad. Paciencia.
La Torre en ascensor.
La otra opción es comprar su billete con ascensor dirigiéndose a los pilares norte, este y oeste, de donde salen los ascensores. Estos especialmente, diseñados para la Torre Eiffel le garantizan una ascensión más rápida, pero menos espectacular, menos cansada, pero en nuestra modesta opinión también menos impresionante.
Como siempre ustedes tienen la última palabra.
