Actividades en el Pont du Gard

La parte del acueducto anterior al Pont du Gard es visible en la garriga, sobre todo en el llamado Pont du Rou. Se encuentra cerca de la entrada trasera al sitio, por Vers-Pont-du-Gard, junto a la carretera de Uzès.
La parte del acueducto anterior al Pont du Gard es visible en la garriga, sobre todo en el llamado Pont du Rou. Se encuentra cerca de la entrada trasera al sitio, por Vers-Pont-du-Gard, junto a la carretera de Uzès.

El conjunto monumental se completa con una red de senderos para pasear, caminar o utilizar la bicicleta de montaña. Está red de senderos une el monumento con los pueblecitos del Gardón.

Si asciende por los extremos del Pont du Gard podrá observar el acueducto y las técnicas de construcción. Un poco más arriba la vista es grandiosa y cambia con los cambios de la luz provenzal.

El Pont du Gard es sin duda el lugar más espectacular del sitio, pero el canal continua antes y después. A un kilómetro en dirección de Uzès, entre la Garriga se encuentran los restos del viaducto de Pont Rou, es decir, el tramo precedente del canal. Al estar un poco oculto entre la Garriga es menos visitado pero merece la pena adentrarse en el bosque para descubrirlo.

Junto al aparcamiento en la rive gauche (la orilla izquierda) se sitúa el centro de exposiciones. Allí un museo nos habla de la construcción y de la historia del sitio. Además hay una sala de exposiciones con proyecciones multimedia, un espacio infantil y una mediateca. También varias tiendas de souvenirs y productos típicos y un restaurante y bar.

En verano entre julio y agosto se celebran numerosos conciertos en los aledaños del acueducto.

Una chica palea sobre su canoa en el río Gardon.
Una chica palea sobre su canoa en el río Gardon.

Además de un chapuzón junto a las piedras milenarias se pueden realizar otras actividades acuáticas. A lo largo del Gardon, sobre todo en el pueblo de  Collias es posible alquilar canoas y recorrer el río con ellas.

Pasar bajo el Pont du Gard es una experiencia inolvidable, con dos mil años de historia sobre nuestras cabezas, una pequeña reflexió tal vez sea necesaria.