Francia es uno de los Estados más centralistas del mundo. Esto que para ciertas visiones sobre la gestión de los países es un rasgo negativo, simplemente significa que el poder político predominante se ejerce desde el gobierno central, que las regiones o entidades intermedias no tienen gran importancia y que las políticas nacionales se aplican sin privilegios, aunque con especificidades, en la totalidad del territorio.
Hay otros países donde el gobierno central es preponderante como Suecia, pero en el país escandinavo el nivel municipal es también muy importante, cosa que no ocurre, -al menos de la misma forma-, en Francia. Alemania o Estados Unidos son países con estructuras estatales diferentes, allí el gobierno central se ocupa de ciertas tareas y sectores y las regiones de otras. Las leyes en el caso norteamericano son muy diferentes de un estado a otro, lo cual no quiere decir que no existan políticas nacionales fuertes. España se encuentra, curiosamente, al otro lado del modelo centralista francés, a pesar de ser un país tan cercano en otros aspectos. En España las regiones controlan cada vez una mayor parte del poder político y económico. El modelo no está cerrado, y por tanto las atribuciones del gobierno central son negociables bajo los vaivenes políticos electoralistas de corto plazo. En América Latina la mayoría de los países poseen regímenes constitucionales similares al norteamericano con, sin embargo, modelos de actuación muy presidencialistas como en Francia.
En Francia, en los últimos años, las regiones han aumentado un poco sus prerrogativas, pero se encuentran aún muy lejos de los modelos más descentralizados de Europa.
Los niveles del Estado en Francia.
El Gobierno central.
Como hemos dicho, el parlamento y el Presidente son los máximos poderes en la política francesa. El modelo presidencialista francés sólo es similar al finlandés, donde el Presidente, como en Francia, prepondera sobre el Primer Ministro y el Parlamento. El Presidente de la república es el jefe del Estado, pero no de forma simbólica como en Italia o la República Checa, sino efectiva. Además, a diferencia de los EE.UU., el presidente no está controlado por el Parlamento.
El Presidente encarga la formación del gobierno al partido político más votado, normalmente coincide con el partido del presidente, aunque en los últimos decenios se han visto periodos de cohabitación, entre Mitterrand y Chirac, después entre Chirac, ya presidente y Lionel Jospin.
El gobierno dirigido por el primer ministro dirige una política de acuerdo con las directrices del Presidente. Las políticas nacionales saltan el nivel regional y pasan directamente a las provincias, los departamentos, donde el prefecto aplica los dictados del gobierno. El actual Presidente es Nicolas Sarkosy.
Las regiones.
Las regiones en Francia son unidades administrativas basadas en la gestión estatal y en vagas reminiscencias neohistóricas. En los últimos años se ha hablado mucho de la descentralización, a pesar de que no existe una demanda social en ese sentido. Se trata más bien del interés de los gobiernos por reducir el gasto público desplazando ciertos servicios a las otras administraciones. Por el momento los gobiernos regionales no poseen poder efectivo y se reducen a cargos que acumulan los diputados y alcaldes.
Francia se compone de 26 regiones, 22 en Europa, 1 en África (La Reunión) y 3 en América (Guyana, Guadalupe y Martinica). Para saber más sobre ellas visita la página correspondiente a cada región en la sección todo Francia.
Los departamentos
Francia se compone de 90 departamentos (Mayotte, segundo departamento africano ha sido el último en constituirse. El equivalente de las provincias españolas es dirigido por un prefecto (el equivalente de los antiguos gobernadores civiles). Es el representante del gobierno en cada provincia y dispone de un poder muy importantes sobre la policía y el orden público. La Revolución Francesa crea los departamentos para abolir el sistema monárquico. En principio su extensión es similar y debían poder ser recorridos por un jinete en una jornada.
Los municipios.
El gobierno municipal se parece al de la mayoría de los países europeos, aunque depende más del gobierno central que en otros países. Destaca la alcaldía de París, frecuente trampolín hacia el palacio del Eliseo, como en el caso de Jacques Chirac. El actual alcalde de París es el socialista Bertrand Delanöe.
Por Harro D’Aguafría.