París siempre posee al mismo tiempo, media docena de exposiciones que podrían ser cabeza de cartel en cualquier capital del mundo durante todo un año. Eso hace que unas resten protagonismo a otras, que ciertos museos como el Louvre, el Museo d’Orsay o el Grand Palais acostumbren a llevarse las portadas de los periódicos, y las pocas informaciones culturales que aún aparecen en los telediarios.
Desgraciadamente, otros museos y otras exposiciones interesantísimas quedan relegadas a los círculos mejor informados de los amantes del arte. Uno de esos museos es el Museo de Luxembourg, situado en un lateral del bello Palacio de Luxemburgo donde reside el Senado de l República Francesa. El antiguo palacio Real se encuentra en pleno centro de la capital, con su gran parque y la cercanía del barrio Latino y la universidad de la Sorbona.
Ahí, entre el Senado y el parque donde la primavera se expresa con cientos de jóvenes y turistas disfrutando de la llegada de la luz a París, ahí tras una verja alta y colas siempre generosas, encontramos el Museo de Luxemburgo. Un museo particular, pequeño y curioso, siempre selecto y a menudo un poco elitista.
A ello ayuda un precio elevado de la entrada, más alto que el del Louvre para una exposición siempre de primer orden y muy cuidada, pero más pequeña. No se tratan de exposiciones para el gran público, pero siempre hallamos grandísimos pintores y escultores, a menudo olvidados o menos conocidos que los iconos popularizados como Dalí o Picasso.
Marc Chagall, la revolución rusa de los colores.
Así entre el 21 de febrero y el 21 de julio de 2013 la exposición Chagall entre guerre et paix (Chagall entre guerra y paz) , animará el centro de París.
El pintor ruso ha sido a menudo clasificado, cosa difícil ya que se trata de un autor particular que atraviesa las vanguardias y el terrible periodo de las dos guerras mundiales del siglo XX, la Revolución Rusa y la postguerra del crecimiento capitalista de los treinta gloriosos. Chagall muere en 1985 tras haber pintado el siglo XX de una forma reconocible y enigmática.
Exiliado de la Rusia bolchevique, exiliado de la Francia ocupada, Chagall vagará entre las corrientes con un estilo reconocible pero complicado a definir. Independiente a pesar de sus guiños o pinceladas cubistas, surrealistas o suprematistas, Chagall cultiva la pintura pero también el fresco, las vidrieras, el mosaico, la cerámica.
En toda su obra encontramos retazos de sus origines judeorusos, centroeuropeos, mixtos como era la Europa de antes de las masacres. Hallamos también, referencias a la guerra, a la paz, al folklore y al paisaje ruso, que el autor cambiará definitivamente por la Provenza francesa tras la guerra. Asentado en Vence, en la Costa Azul, la luz se mezclará con la tristeza de la pérdida de su amada y musa, para recobrar parte de la felicidad y alegría.
Los ambientes oníricos, la pareja amorosa serán motivos que le acompañarán durante toda su vida y que aparecen en la centena de obras que componen la exposición parisina. Obras donde se encuentra la nostalgia y el sentimiento de pérdida, junto a la alegría de vivir de ese Mediterráneo que lo acogió durante el resto de su larga vida. Un autor a conocer y reconocer para comenzar a comprender y, por tanto, a disfrutar.
Informaciones prácticas
Dirección.
19 rue de Vaugirard
75006 Paris
Precios.
Entrada normal 11€
Reducida (estudiantes, jubilados, parados) 7,5€
Gratuito para los menores de 16 años.
Horarios.
Todos los días de 10:00 a 19:30
Domingos de 9:00 a 20:00
Nocturnas lunes y viernes hasta las 22:00.
Dado que existen largas colas, les recomendamos la compra de los billetes con antelación.
Alojamiento en París.
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