Como hemos dicho en los otros apartados sobre la gastronomía en París, no existen productos típicamente parisinos. O lo son todos, los propios de la región Île de France, del resto de país, o los venidos de las cuatro esquinas del mundo.
La riqueza de la gastronomía francesa, su flexibilidad y adaptabilidad y el hecho de que haya asociado platos, recetas y sabores de todas las partes del mundo, la hacen mucho más interesante que sus propios orígenes. Por ello, no se preocupen por saber de donde viene un producto, una receta, l-os franceses no lo hacen- y degústela con fruición, cerrando los ojos y abriendo la mente.
A pesar de lo antes dicho les hablaremos un poquito de uno de los productos que abundan en las salsas y acompañamientos de la cocina francesa y que, además, porta el nombre de París. Se trata de los champiñones de París, champiñones singulares que no son, sin embargo, los que habitualmente consumimos, blancos y rollizos, apenas manchados por la tierra. Los verdaderos champiñones de París crecen en plena oscuridad, en cuevas subterráneas especialmente habilitadas y cuentan con una denominación de origen. Su producción es escasa comparada con la masiva del champiñón común. Ambos son suculentos en el acompañamiento de carnes, pescados y pastas.
Bon apettit.