Como hemos visto el patrimonio artístico de Francia es inmenso. Ello se debe a los vestigios de todos los humanos que han pasado y vivido en el actual hexágono. En esta sección nos ocuparemos de la parte del patrimonio cultural, entendiendo por éste, a los vestigios y monumentos, a los yacimientos arqueológicos, monumentos del pasado y edificios de épocas más recientes. Por ser una sección introductoria no abundaremos en la cuestión, más bien les encaminaremos hacia otras secciones más específicas dependiendo de sus intereses.
El patrimonio cultural, tal y como lo hemos definido se divide en varios ámbitos:
Las vestigios y yacimientos arqueológicos.
Desde la prehistoria, los seres humanos han dejado su rastro de humanidad y miseria, de arte y de destrucción en lo que hoy es Francia. Las cuevas de Lascaux, que son con las de Altamira, en España, consideradas como los exponentes más perfectos del Hombre de Neardental, ese primo nuestro que se perdió en la inmensidad del antes de la Historia. Todo el centro y oeste de Francia esta repleto de yacimientos y monumentos prehistóricos, dólmenes o menhires, como los larguísimos alineamientos de Carnac.
Los monumentos del pasado y del presente.
Restos celtas, griegos, romanos y de germánicos venidos de las profundidades de Asía, han dejado centenares de colinas amuralladas, de castros, de opidums, templos, anfiteatros (como los de Arles o Nimes), teatros (como el Orange), ciudades (como en St Remy de Provence y Vaison la Romaine).
Restos medievales y renacentistas. Arte románico y gótico, catedrales inmensas (Notre Dame en París, Amiens, Reims, Chartres, Laon, etc…), estatuas, pinturas y vidrieras, la propaganda de la época. Castillos, fortalezas y palacios (Carcasona, los palacios del Valle del Loira, el palacio de Versalles, Fontainebleau, etc…).
Puentes, avenidas y perspectivas, ciudades antiguas como los cascos antiguos de Lyon, Niza, Nantes, ciudades reconstruidas tras guerras como Le Havre o St Maló, ciudades inventadas como el París hausmaniano, y monumentos vanguardistas, en su época o en ésta, la Opera Garnier y la Torre Eiffel, el Museo Pompidou, la Capilla de Notre-Dame du haut en Ronchamp, de Le Corbusier, el Museo del Quai de Branly de Jean Nouvel o la maison Louis Carré de Alvar Aalto en Bazoches-sur-Guyonne (Yvelines), a las afueras de París.
Francia está repleta de monumentos.
Algunos son muy conocidos, otros pertenecen al Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, otros son desconocidos e invitan a su descubrimiento. Para ello visite las secciones de patrimonio cultural de cada ciudad, espacio natural y otro destino.
Les recomendamos, también la sección Cultura de Francia y las de Arte en Francia; Arquitectura en Francia y Patrimonio de la UNESCO.