Nimes

La Maison Carré en el centro de Nimes, junto con el anfiteatro, Les Arenes, los dos monumentos más importantes de la ciudad
La Maison Carré en el centro de Nimes, junto con el anfiteatro, Les Arenes, los dos monumentos más importantes de la ciudad

Nimes, (pronunciado Nîmes [nim] en francés) es una ciudad del sur de Francia, capital del departamento de Gard, con una población de unos 150.000 habitantes.

La ciudad de Nimes es uno de los asentamientos urbanos más antiguos de la Galia romana. Su situación estratégica en un cruce entre dos corredores, uno que une la península italiana con la ibérica y otro entre ell Mediterréneo y el norte de la actual Francia, Alemania y el Benelux a través del Ródano y del Rin. Por todo ello la región fue rápida y profundamente romanizada. Aviñón, Arles, Orange, Marsella, Aix, St Remy de Provence o Vaison la Romaine, fueron importantes asentamientos de la poderosa Roma. Sus vestigios han quedado en la mayoría de estas ciudades haciéndolas lugares de atracción turística.

Nimes famosa por la multitud de restos de la época romana que se conservan en bastante buen estado, destacando entre ellos el anfiteatro (les Arenes de Nimes), donde aún se celebran espectáculos, fundamentalmente taurinos y conciertos. El otro gran monumento de la ciudad es la Maison Carré, centro del antiguo foro romano, situado al otro lado del casco antiguo actual. Ambas construcciones datan del siglo I y se encuentran en el casco urbano. En lo alto del gran Parque de la ciudad se halla la Torre Magna (de la misma época, siglo I a. C.). Son también reseñables la catedral de Saint Castor (cuya construcción empezó en el siglo XI) así como varios museos de arqueología, y los Jardins de la Fontaine (Jardines de la Fuente) del siglo XVIII.

Un poco de Historia

Asentamiento galo desde el 120 a.C, pronto se convirtió en colonia romana (50 a.C). A partir de esa época comienza su apogeo, con el asentamiento de muchos legionarios retirados y el crecimiento de la ciudad. Imponentes monumentos se construyen y Nimes es una de las ciudades clave para las comunicaciones entre el occidente y el norte del Imperio y la capital. En el siglo II pasa a ser la capital de la provincia de Narbonensis, substituyendo a Narbona.

En el 462 las invasiones germanas la hacen caer en poder de los visigodos. Formará parte de la Septimania, región de la Galia incluida en el reino ibérico visigodo. Más tarde los árabes la conquistan en 719, después los carolingios en 754. Hasta 1271 dependerá de los condes de Toulouse. A partir de esa fecha la corona de Francia la integra en los dominios reales.

Zona de reforma durante las guerras de religión Nimes fue un bastión hugonote.

Desde el siglo XIX Nimes y Alès, ciudad minera cercana serán zonas obreras con movimientos socialistas y comunistas. Hasta hace poco la alcaldía era ganada sistemáticamente por el PC. Hoy en día el departamento de Nimes sigue siendo bastante progresista a pesar de que la industria lo ha abandonado tras el fin de las minas. Un nuevo desarrollo basado en el turismo y la agricultura sostenible puede ser la solución para está agradable zona de Francia.

Las ferias.

Las calles del centro se ocupan día y noche durante las Ferias de Pentescostes (Mayo o junio) y de la vendimía (Septiembre). Foto de Mt Cook Walkers, de Flickr

Sin embargo de la gran urbe romana, queda poco, Nimes se ha convertido en una tranquila ciudad de provincias. Aburrida la mayor parte del año, pero que cobra gran vitalidad durante las Ferias, las fiestas que tienen lugar dos veces por año, siendo las más importantes las de Pentecostés, generalmente en mayo o a principios de junio. Las segundas, menos concurridas, son las de la Vendimia, celebradas en septiembre.

Durante estas dos ferias la ciudad parece desplazarse hacia España. Toros, flamenco, mozos ataviados de blanco y rojo como en Bayona, pero también como en Pamplona durante los Sanfermines, o en cualquiera de las capitales del País Vasco (Bilbao, San Sebastián o Vitoria), también en España. La corrida de toros todo lo domina, con su parafernalia, que unos disfrutarán y otros no tanto, con su música y con el ambiente festivo propio de las semanas grandes del norte de España. Sorprende por el gran cambio con respecto al resto del año, donde sólo el centro de Nimes posee algo de vitalidad.

Fuegos artificiales, conciertos, y las tradicionales bodegas, (los chiringuitos, puestos, txosnas, barracas de las fiestas españolas), donde beber algo fresco es obligatorio, dado el calor veraniego de Nimes.

El casco antiguo.

Nimes posee un centro peatonal entre la plaza de Les Arenes (el anfiteatro romano) y la Maison Carré. Ahí encontramos muchísimos restaurantes, tiendas de ropa, un centro comercial (con más restaurantes y tiendas de música), bares y pubs y algunas bodegas permanentes con claro sabor taurino. Es una zona muy agradable bajo el cielo azul cuasi sempiterno de Nimes. Les recomendamos la Plaza del Reloj (Place de l’Horloge), por ejemplo.

Gastronomía.

EL Acueducto romano del Pont du Gard, a 20 km de Nimes, servía para llevar agua a la ciudad romana. Hoy es Patrimonio Universal de la Humanidad. Foto de Ansdetellado.

Nimes destaca por la calidad de los productos de la tierra. El departamento del Gard es uno de los que han desarrollado más la producción ecológica, Bio, por lo que sus frutas, verduras, vinos y productos del mar son de buena calidad.

No dejen de probar el toro de Camargue, delicioso y suculento, ya sea en gardianne o daube, las aceitunas picholines, las fresas, la brandade de morue (Brandada de bacalao), el aceite de oliva de la región, anchoiade (pasta hecha con anchoas), los excelentes croissant, la fougasse (postre de hojaldre)… y los agradables vinos de la zona, blancos frescos, rosados suaves, tintos jóvenes… ¡Entra hambre sólo de pensarlo!

En definitiva, una ciudad con muchos atractivos que se pude visitar sin problemas en un medio día. Y no sé olvide que a una veintena de kilómetros está el Acueducto romano del Pont du Gard, que permitía al agua de Uzès llegar a Nimes. El Pont du Gard, acueducto romano del siglo I, construido por Agripa que forma parte del patrimonio universal de la UNESCO, por lo que su visita puede ser un buen complemento a la de Nimes.