En pocos días comenzarán las fiestas de Carnaval, este año un poco más tarde de lo que es habitual. Estás fiestas que normalmente nos acompañan y animan en el oscuro invierno del hemisferio norte, no son excesivamente populares ni espectaculares en Francia. Sin embargo, existen varias excepciones que merecen bien un artículo para comentarlas. Ninguna tiene que ver con París donde el Carnaval se reduce a las fiestas de disfraces de los clubs y discotecas. Una de ellas son los coloridos y calurosos Carnavales de los Departamentos de Ultramar, de Martinica, Guadalupe, Guayana Francesa, La Reunión y Polinesia Francesa. De ellos nos ocuparemos en otro artículo, con un poco de suerte.
Pero ahora les vamos a hablar del mayor Carnaval de Francia metropolitana, el de Niza, con permiso del de Dunkerque. Es curioso que los dos Carnavales principales, y sin duda los más animados y vistosos se sitúen en los dos extremos del país. Dunkerque en el Norte, en pleno Canal de Mancha con Inglaterra en frente y Bélgica a lado, y en Niza, en el Mediterráneo a un paso de Italia y con la isla de la Belleza en frente. Ambos recuerdan en su espectacularidad y parafernalia a los carnavales brasileños y caribeños, más que al Carnaval de Venecia por ejemplo. París en está ocasión no vale para Carnaval.
El Carnaval de Niza
El Carnaval de Niza es el más conocido y goza de una gran ventaja, el microclima de la Costa Azul, que le permite casi siempre al menos tener un cielo azul y una buena temperatura. Lejos del mistral del valle del Ródano, la costa de Niza no hace tan extraña la semidesnudez de los desfiles, y el sol conforta la calidez de los disfraces y de las grandes carrozas y figuras gigantes. Este año entre el 18 de febrero y el 8 de marzo la ciudad se teñirá de color y alegría, y las figuran fantásticas ocuparán las calles, las plazas y el paseo frente al mar azul.
Durante dos semanas más de un millón de visitantes llegarán a la Costa Azul desde el mundo entero. Este Carnaval ya se celebraba desde hace siglos, pero su renombre proviene de finales del XIX, justo cuando la Costa Azul comienza a ponerse de moda entre la élite de Europa. Al excelente clima invernal se añadía esta curiosa fiesta, que recuerda al Carnaval de Venecia, sin duda el que mejor ha sabido hacerse un hueco en el parnaso idealizado de las celebraciones carnavalescas. En parte gracias a ello, la ciudad de Niza ha podido conservar un Carnaval menos tópico, menos turístico y hueco. Fuera de Francia el Carnaval de Niza es desconocido lo que hace que la fiesta sea más popular y menos refinada. Podría parecerse, un poco, a las Fallas de Valencia, en España, una gran fiesta, de envergadura nacional, pero desconocida fuera del país.
El Carnaval de Niza es una fiesta mediterránea, pero el fuego no es su principal atractivo. Nada que ver en ese caso con las Fallas. Se trata de una fiesta de disfraces, de comparsas y agrupaciones que como en Brasil y el Caribe, crean sus trajes y carrozas durante el año y desfilan durante las dos semanas que dura la fiesta.
El Carnaval de Niza posee un componente eminentemente religioso, o más bien antirreligioso. La burla, lo fantástico, lo irreverente, lo pagano e incluso lo demoniaco que tiñe todo Carnaval no son más que la otra cara de la moneda de lo divino, lo religioso, católico, y pío. Antes de la Cuaresma, el Ramadán católico, se desarrolla esta época catártica donde, metafóricamente, todo está permitido, tienen lugar. De ahí el disfraz, la caricatura. Todo está permitido, por unas horas el mendigo es terrateniente, el soldado general, el hombre mujer y la mujer hombre. La catarsis absoluta que permitirá volver a la normalidad, asumir el verdadero rol social y evitar la revolución, el cambio real en el sistema social y económico. Bien es cierto que está explicación no debe ser tomada al pie de la letra, pero también es cierto que el Carnaval y, en definitiva, todas las fiestas han sido válvulas de escape para evitar los conflictos en el seno de sociedades injustas. No en vano el Carnaval ha sido especialmente intenso en zonas donde la esclavitud también lo era. El sur de Estados Unidos, Brasil, el Caribe, etc. Pero podríamos decir lo mismo del fútbol, la televisión, ¿no creen?
A la cuestión social se añade el componente religioso del paganismo precristiano que indudablemente tiene que ver con muchas celebraciones. El cristianismo integró tales celebraciones, como la Noche de San Juan o Halloween. El caso del Carnaval es similar.
En el Carnaval de Niza ya no muestra esa lucha social ni ese caos catártico que precedían la Semana Santa. Por suerte, en Francia ni la opresión social ni la religión son centrales en la sociedad. Por ello la fiesta ha perdido mucho de su pasado reivindicativo y se limita a una explosión de color, de música y celebración. Se mantiene el elemento satírico y el bulesque, tan de moda en estos días donde las Pins Ups regresan a la actualidad. Por el lado satírico existen siempre, como en el Carnaval de Cádiz, referencias a la actualidad y a la política que aparecen en los disfraces y en los grandes carros y figuras de cartón piedra que son el mayor símbolo del Carnaval de Niza.
Los 20 carros que forman el gran espectáculo del Carnaval niçois cambian cada año, pero todos desfilan entre los enormes decorados de la Place Massena. Acompañando a estos carros de cartón piedra o de flores (similares a los de Castro Urdiales, Laredo o Torrelavega del Norte de España), las comparsas y agrupaciones entonan cánticos satíricos y realizan actuaciones musicales y teatrales. La pantomima y el teatro de calle son complementos a los disfraces y a las carrozas decoradas. Los desfiles se convierten en paradas abigarradas llenas de color, ruido, música y gentes moviéndose por todas partes. Por la noche los carros se iluminan y las comparsas venidas de todo el mundo acompañan a la luz parda de la oscuridad. Más de mil músicos y figurantes desfilan de día y de noche. En la famosa Promenade des Anglais todos los días tienen lugar batallas de flores espectaculares.
La fiesta ha crecido muchísimo y el ayuntamiento se esfuerza porque todo sea perfecto. Más de 1.500 personas se movilizan para cada salida de Su Majestad Carnaval. De hecho mientras dura el Carnaval la ciudad de Niza vive con otro ritmo, algo que sólo se comprende cuando se está allí. No duden en acercarse a Niza durante las fechas del Carnaval para disfrutar de otra Francia, menos comedida y tranquila, más ruidosa y agitada. Otra Francia sin duda y en está época más atractiva que la del frío París.
Este año el tema que hilvana la fiesta es el Rey Mediterráneo (Roi de la Méditerranée). El mar Mediterráneo su geografía y sus historia, la de los hombres que lo han poblado, recorrido y utilizado. El componente ecológico se destacará para resaltar la importancia de la preservación del medio ambiente, no sólo como filosofía de vida sino también como forma de supervivencia. Vivan la fiesta, vivan el Carnaval de Niza pero respeten la naturaleza, de ello depende que la fiesta continúe…
Por Vastar Yoles.
Viviana Azurmedia
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La batalla de las flores es igualmente la oportunidad perfecta para exhibir las flores producidas en la región, las carrozas están decoradas en un 80 % por flores de Provenza, además de entre 80 y 100 mil flores que son lanzadas al público al cabo de cada espectáculo.
Otra curiosidad respecto al carnaval de Niza radica en la gastronomía de Niza. Especialmente para esta festividad la ciudad prepara las exquisitas oreillettes, una especialidad francesa característica del corazón de la Costa Azul.
Bibi_laurita
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Gracias por publicar el artículo, me ha encantado.
En el cole teníamos que hacer un trabajo sobre carnaval, mi compañero y yo elegimos a Francia, gracias a tu información, nos ha facilitado en trabajo, en el apartado de Nizaa 🙂